Rajoy precipita una crisis en la Xunta
Las conselleiras Farjas y Fernández Currás se incorporan al segundo escalafón de los ministerios de Sanidad y Hacienda para ejecutar recortes y cuadrar las cuentas
Los nombramientos en el segundo escalafón del Ejecutivo de Mariano Rajoy han precipitado la primera crisis de Gobierno en la Xunta. El presidente, Alberto Núñez Feijóo, tiene lista la remodelación de su gabinete que, según fuentes de su entorno, anunciará la semana próxima. Del Gobierno autónomo saldrán con toda seguridad las conselleiras de Sanidade, Pilar Farjas, y de Facenda, Marta Fernández Currás, ambas para incorporarse a la segunda línea de la Administración del Estado. Farjas ocupará la Secretaría General del Ministerio de Sanidad que preside Ana Mato. Currás se suma como secretaria de Estado de Presupuestos del Ministerio de Hacienda que preside Cristóbal Montoro, con el que trabó relación durante el convulso proceso de fusión de las cajas gallegas.
Arsenio Fernández de Mesa asume el mando de la Guardia Civil
El mutismo en el entorno del presidente fue absoluto durante la jornada de ayer. Feijóo no anunció nada en el Consello de la Xunta donde, como cada jueves, reunió a todo su Gobierno, ni tampoco en la rueda de prensa posterior. Ni siquiera el resto de conselleiros no afectados por los cambios fueron informados de la remodelación del gabinete. A última hora de ayer no habían trascendido los nombres de las sustitutas de Farjas y Currás que -si no se producen nuevos relevos, algo que no está descartado- han de ser mujeres para que el Ejecutivo cumpla la Lei de Igualdade autonómica.
Fiel a su estilo -tal y como hizo cuando formó su primer Gobierno en 2009- los cambios que anunciará la semana próxima están en la cabeza del presidente, quien sí ha consultado el nuevo equipo con el conselleiro de Presidencia y secretario general del PP en Galicia, Alfonso Rueda. La futura secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, ha sido uno de los pilares de esta Xunta. Estricta en el control de las cuentas públicas, perfiló los Presupuestos en los años más difíciles, cuando hubo que recortar 2.000 millones de euros para regresar a niveles de inversión de 2006. Antes, había ejercido como interventora de la Xunta con el bipartito, hasta que dejó el cargo tras chocar con el entonces conselleiro de Economía, el socialista José Ramón Fernández Antonio. Feijóo la recuperó en 2009 para su Gobierno.
De Currás fue la iniciativa de fijar por ley el techo de gasto de Galicia, la primera comunidad en hacerlo, y mérito suyo es que la autonomía sea con Madrid la única de España que ha cumplido los límites de déficit en 2009 y 2010. En el convulso proceso de fusión de las cajas, llegó a enfrentarse con los históricos gestores de Caixa Galicia y Caixanova para vencer sus resistencias a la integración de ambas entidades. Durante ese tortuoso proceso de reestructuración del sistema financiero trabó relación con Montoro, por entonces portavoz económico del PP. También es una persona cercana a la subsecretaria de Hacienda y Administraciones Públicas, Pilar Platero. Antes de ser nombrada responsable del servicio de Intervención de la Xunta con el bipartito ejerció como inspectora de Hacienda, responsable de fiscalizar grandes patrimonios. Previsiblemente este mediodía, será nombrada por el Consejo de Ministros, al igual que la todavía conselleira de Sanidade, Pilar Farjas.
Durante los dos años y medio que estuvo al frente del Sergas, ha sido protagonista de decisiones polémicas, como la anulación de las tarjetas sanitarias a los parados de larga duración, o las restricciones de atención a los inmigrantes que no lleven al menos seis meses empadronados en Galicia. Cuando saltaron las primeras denuncias de los pacientes que tras agotar sus prestaciones de desempleo se les había bloqueado la cartilla, su departamento negó primero esas acusaciones para culpar posteriormente al Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Esa crisis llevó al propio Feijóo a admitir "cierta descoordinación" entre el Sergas y el Gobierno central. Esas declaraciones evidenciaron, según fuentes de la Xunta, el malestar del presidente con el modo en que Farjas y sus colaboradores habían gestionado la crisis. La misma conselleira también anunció tras la presentación de los últimos Presupuestos para 2012 que desde enero pasará a cobrar 10 euros por la renovación de las tarjetas sanitarias, si bien, lejos de admitir que se trate de un copago, alegó que se perdían unas 100.000 cada año en Galicia.
La todavía responsable de Sanidad fue asimismo la impulsora del catálogo priorizado de fármacos por el que el Gobierno gallego pasó a financiar solo las medicinas más baratas para cada dolencia.
Dicha iniciativa se topó con el rechazo frontal del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que recurrió el catálogo ante el Tribunal Constitucional alegando que invadía competencias del ministerio. Desde que era líder de la oposición, Mariano Rajoy no se ha cansado de glosar los beneficios de esa propuesta gallega de ahorro (poco después fue rebasada por el ministerio al dictar este la obligación de prescribir por pricipio activo, una medida aún más restrictiva) y se comprometió a tomar a la Xunta como ejemplo para su política farmacéutica. Ese es uno de los motivos que propician la marcha de Pilar Farjas a Madrid para convertirse en número dos del ministerio.
Además de Farjas y Currás, otro gallego, el delegado del Gobierno en Galicia en tiempos de Aznar, Arsenio Fernández de Mesa, pasará a dirigir la Guardia Civil que en el Ejecutivo de Rajoy vuelve a tener mando propio. De Mesa, ferrolano, ejerció de portavoz en los primeros días de la catástrofe del Prestige y adquirió polémico protagonismo durante las jornadas de mayor confusión, hasta que aterrizó en Galicia el propio Rajoy, entonces vicepresidente del Gobierno, para asumir los mandos de la crisis. Durante estos últimos años ha sido diputado en el Congreso por la provincia de A Coruña, siempre al lado del ahora presidente del Gobierno.
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