Imágenes a modo de espejo

Ione Saizar (Zarautz, 1965) propone en Please take all the baggage with you (Llévese todo su equipaje, por favor) una mirada sobre el otro. En concreto, la fotógrafa, afincada en Londres desde hace 16 años, desarrolla a través de sus instantáneas un ejercicio de aproximación a los que se han convertido en sus, ya viejos vecinos, los ingleses. El trabajo, expuesto hasta el próximo 29 de enero en el Photomuseum de Zarautz, surgió de "una imperecedera fascinación por la gente", recordaba Saizar en el texto de introducción a la exposición y en la famosa consigna que puebla cualquier tipo de transporte público.

"Cuando viajamos en tren, por ejemplo, hay una voz constante que te dice que cojas o no olvides tu equipaje", explica la fotógrafa, que ha querido encerrar con sus imágenes algo más que maletas, indumentarias o rasgos físicos, al fin y al cabo aspectos superficiales, para intentar bucear en lo que encierran esos elementos, en la personalidad.

"Tenemos ideas preconcebidas con las que juzgamos", explica la artista

La fotógrafa Ione Saizar reside en Londres desde hace 16 años

"Siempre tenemos en nuestra cabeza ideas preconcebidas con las que juzgamos a la gente, en mi caso, por ejemplo, a los ingleses, aunque luego te acaban sorprendiendo", añade Saizar, que confiesa que la experiencia le ha empujado también a "analizar su propio equipaje".

Después de un año viajando en transporte público hasta lugares como Manchester, Liverpool, Leeds o el sur de Inglaterra, la fotógrafa ha aprendido, entre otras cosas, que "la gente del norte es más abierta, te trata mejor" o a restarle importancia cuando los retratados pensaban que era polaca. "Pues bueno, y qué. He intentando trabajar si no desde un punto de humildad, por lo menos sin juzgar, no quería crear personajes", cuenta.

De los múltiples encuentros que mantuvo con personas de diversa extracción, procedencia o edad, destaca entre otros, el que mantuvo con un hooligan. "Yo no tengo ni idea de fútbol y de repente me encontré en Leeds en un pub del que colgaban unas banderas gigantes", recuerda. A la puerta del establecimiento le abordó uno de los habituales del lugar que le invitó a pasar, a unas cervezas y le contó sin ningún tipo de prejuicios su historia. El encuentro ha quedado resumido en la muestra en un retrato de su anfitrión que muestra el perfil de un hombre en la cincuentena, rapado y con la cara surcada por varias cicatrices.

Entre las instantáneas tomadas por Saizar también destacan las protagonizadas por adolescentes, por un trío de hermanas con la parafernalia típica de la edad y del grupo juvenil adscritas. "En este caso, cuando hablas con ellas, lo primero que piensas, un miércoles, a las 12 del mediodía, sin ir a clase, es que te van a mandar a paseo, pero luego en cambio, no tuvieron ningún problema en posar", aclara.