El PSE se enroca en su rechazo a que el PNV tenga mayoría absoluta en Kutxabank

Las posiciones siguen, de momento inamovibles. Ni siquiera el ambiente relajado en la recepción que el lehendakari, Patxi López, ofreció ayer a la sociedad vasca en Vitoria hicieron que el PNV y el PSE y sus máximos responsables lograran un acercamiento sustancial sobre el reparto de poder en el Consejo de Administración de Kutxabank, la entidad resultado de la fusión de las tres cajas vascas. A falta de 24 horas para que las asambleas de todas ellas deban sancionar los nombres, el PNV sigue hoy reclamando tener mayoría absoluta -10 de los 20 consejeros con el voto de calidad del presidente-y el PSE, con cierto apoyo exterior ahora de Bildu, se niega a entrar si los peneuvistas no rebajan sus pretensiones.

El PP traslada a Mario Fernández los nombres de sus candidatos

Casi todos los actores de la obra coincidieron ayer tarde en Lehendakaritza. Aunque el presidente de BBK, Mario Fernández, se disculpó y mandó a su segundo, Juan Mari Sáenz de Buruaga, sí acudieron los presidentes de Kutxa, Xabier Iturbe, y de Vital, Carlos Zapatero. Junto a ellos, casualmente, el secretario general del PP, Iñaki Oyarzábal; y los portavoces parlamenarios del PP, Antón Damborenea, y PSE, José Antonio Pastor.

Socialistas y populares creen que 24 horas son más que suficientes para desbloquear el asunto y evitar que Kutxabank nazca sin presencia del partido que gobierna en Euskadi en su máximo órgano de gobierno. Fuentes conocedoras de las negociaciones recalcan que este escenario no gusta al presidente de BBK y futuro de la entidad fusionada, Mario Fernández, entre otras razones porque él siempre ha peleado por dotar de estabilidad al primer Consejo de Administración y sin el PSE no la tendría.

La polémica se sitúa en el enrocamiento del PSE en su rechazo a la mayoría absoluta peneuvista, toda vez que el PP ya ha aceptado entrar en el reparto aun si su socio no lo hace. Con los socialistas en juego, a los populares les corresponderían tres puestos en el consejo; sin ellos, alguno más. De hecho, el PP ya ha trasladado a Fernández los nombres de tres o cuatro candidatos, todos ellos sin ninguna relación presente o pasada con la política o la gestión pública, para analizar si existe alguna hipotética incompatibilidad. Los populares tienen garantizado un puesto en la comisión ejecutiva, el núcleo de poder del consejo.

La misma cláusula del acuerdo de integración que sirvió para blindarse ante una eventual entrada de Bildu en el consejo -antes de que ETA anunciara el fin de la violencia- puede servir ahora para hacerlo de cara a una eventual renovación de las asambleas. La cláusula, que no podría figurar en los estatutos de la nueva entidad al ser incompatible con la Ley de Sociedades, sí encaja en el acuerdo de integración.

Establece que los miembros del Consejo de Administración solo pueden cesar a propuesta del órgano que los nombró. Aunque su incompatibilidad con la Ley de Sociedades la convierte en objeto directo de pleito, en caso de usarse para bloquear nuevas entradas podría retrasar cualquier renovación mientras durase el proceso judicial, unos dos años, según algunas fuentes.

Todas las fuentes socialistas consultadas aseguran que su partido va a mantener el órdago: si el PNV no rebaja sus pretensiones, no entrarán en el consejo hasta que se apruebe la nueva ley de Cajas y las asambleas de las tres entidades tengan que adaptarse a ella. En ese momento el PNV perdería en torno a un 35% de media de su actual presencia en las asambleas.

El secretario de Organización del PSE, Alfonso Gil, recalcaba ayer en Radio Euskadi que si el PNV pretende "dirigir Kutxabank desde Sabin Etxea, que no cuente" con su partido.

En apoyo de las tesis socialistas vino a sumarse ayer el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, quien sostuvo en una rueda de prensa: "Hay dos posiciones bien claras, la de que quienes aspiran a tener la mayoría absoluta en el Consejo y quienes pensamos que hay que repartir el juego un poco más". Y, sin dar más detalles, añadió que la cuestión se resolverá "en 48 horas".

En cambio, otras fuentes creen que hoy mismo se puede mover el mapa de la negociación, más por presiones de las propias entidades que por voluntad del PNV, anclado en su exigencia de mayoría absoluta.