Las nucleares deben reforzar la seguridad con 500 millones
El CSN obliga a construir refugios para los empleados en caso de accidente
Las centrales nucleares españolas deberán hacer una inversión de 500 millones de euros en cinco años -según cálculos del sector- para reforzar su seguridad y estar así preparadas para responder a un accidente como el de Fukushima, el mayor y más dañino para la población y la industria en 25 años. Todas están obligadas a construir nuevos edificios que sirvan de refugio a los trabajadores y lugar de trabajo en caso de accidentes graves; tendrán que tener un centro de control en Madrid con personal y equipos las 24 horas del día para apoyar a cualquier planta en caso de siniestro, e instalar sistemas que quemen el hidrógeno en caso de venteo al exterior para evitar explosiones como las que se dieron en Japón tras el terremoto y posterior tsunami del pasado 11 marzo.
La catástrofe de Fukushima pasa factura al sector atómico
Ninguna central española tendrá que cerrar inmediatamente
Estas son las exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) -la mayor parte deberán estar implantadas en 2016- tras realizar las pruebas de resistencia a las seis centrales y los dos almacenes atómicos. "No se ha identificado ningún aspecto que suponga una deficiencia relevante en la seguridad de las instalaciones", concluyó el CSN. Aun así, tras realizar el ejercicio teórico de que un terremoto, una inundación o la pérdida de energía eléctrica llevara a la fusión total o parcial del núcleo, el organismo estimó que son necesarias algunas mejoras, como instalar sistemas para alargar el funcionamiento autónomo (sin alimentación eléctrica) hasta las 72 horas. Ninguna es "urgente", según la presidenta del Consejo Carmen Martínez Ten. O lo que es lo mismo, ninguna deberá cerrar tras las pruebas de resistencia.
La incógnita es cómo pueden afectar estas condiciones a la nuclear de Garoña. La central (gemela del primer reactor de Fukushima) tiene permiso para operar hasta julio de 2013. El PP anunció en 2009 que si ganaba la mantendría abierta hasta 2019, cuando tendrá 48 años, ocho más de los previstos inicialmente. Sin embargo, eso requeriría otras obras. En 2009, el CSN avaló que Garoña funcionara hasta 2019 pero a cambio de unas costosas inversiones. Finalmente, se rebajaron los requisitos. Si ahora volviera hasta 2019, el CSN debería volver a incluir nuevas obras más las de las pruebas de resistencia.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, declaró el miércoles en 59 segundos que se remitía a lo dicho por el PP en campaña. Entonces, Miguel Arias Cañete, afirmó que el cierre de Garoña era "revisable". Arias Cañete es hoy ministro de Agricultura y su hermano Alfonso es director de la división nuclear de Endesa, copropietaria de Garoña. Hasta ahora, las eléctricas (Garoña es propiedad de Endesa e Iberdrola al 50%) no han reparado en gastos para mantener la central en funcionamiento más allá de los 40 años, porque abre la puerta al resto.
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