Intercambio de apellidos
Rodríguez, López, Fernández... Con lo diferenciado que es el apellido Camps resulta difícil entender por qué el empresario textil Hinojosa -o quien fuera de su tienda- se empecinó en cambiar Camps por Pérez en las hojas de encargo de trajes de Forever Young. Quizás obedeció a un capricho, o a que le bailaba la ese líquida al teclearla... Pero, como mínimo por cortesía, debió preguntarle a Camps si le apetecía apellidarse Pérez.
No es descartable la buena fe del osado en la mutación: preservar limpio el apellido Camps (el auténtico), tan traqueteado en ese momento por aceptar trajes de la Gürtel. Pero, claro, el bienintencionado olvidó que si el de Camps estaba en el candelero, el de Pérez, el de El Bigotes, acaparaba escaparates.
Fuera ironías. Es muy grave lo que dijo ayer el informático Francisco Ferre. Afirmó que sus exjefes le obligaron a alterar apuntes informáticos de Forever Young para borrar de las hojas de pedidos toda referencia a Camps. "¿Y qué le dijeron que pusiera en su lugar?", preguntó a Ferre la fiscal. "Pérez", respondió.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.