Entre la manía y la suerte

La suerte puede esconderse tras cualquier número. Pero la máxima en el sorteo de Navidad, que se celebra hoy, se desvanece cuando no sirve de nada la mano inocente del vendedor para seleccionar un décimo cualquiera. La mezcla de azar y superstición que impregna cada bola del sorteo de Navidad empuja a más de uno a codiciar una cifra, por rara que sea, sobre el resto. Bien puede tratarse de lo que se considera un número feo o bonito -habrá que ver para quién-, o los cinco dígitos de una fecha señalada.

"Administraciones de Beasain, por ejemplo, todos los años reservan el número del código postal del municipio", explica la delegada comercial de Loterías y Apuestas del Estado en Gipuzkoa, Paloma Ortiz de Zárate. El 20.200 arrasará en el municipio guipuzcoano, pero para los usos y costumbres de la lotería de Navidad, chirría. "Los números impares suelen gustar más que los pares", añade Ortiz de Zárate, sobre todo, las terminaciones cinco, siete, 13, 15 y 17. A los que en esta ocasión se suma el 11, por el año que está a punto de terminar.

Loterías y Apuestas destaca que "Gustan más las cifras impares que las pares"

Cada vasco se ha gastado de media 85,2 euros en la compra de décimos

Otros de los clásicos son las cifras capicúas, las fechas de cumpleaños, números premonitorios divisados en sueños o cualquier efeméride acaecida durante el año, de más o menos relevancia. Porque a lo largo de 2011 las revistas de corazón han tenido para celebrar bodas reales y plebeyas y, por ilógico que parezca, eso repercute en la lotería de Navidad.

"Son números que este año están siendo muy demandados a nivel de todo el estado", recuerda Ortiz de Zárate. Destaca el 51.011, el día de octubre que la Duquesa de Alba contrajo matrimonio por tercera vez, el 19.411, cuando Guillermo de Inglaterra pasó por el altar, y el 01.711, la fecha en la que ese país diminuto llamado Mónaco vio a su príncipe y soberano decir "si quiero".

El ritual supersticioso de la lotería de Navidad se completa volviendo a aquellos sitios ya agraciados por la suerte. Dice la teoría que las ventas se incrementan en los establecimientos que repartieron premios en años anteriores. Se supone, entonces, que la Administración número 3 de Eibar, que en 2010 dio tres millones al vender una serie de El Gordo, se habrá convertido en estas fechas en un lugar de peregrinación.

Independientemente del número elegido este año, de media, los vascos se gastarán 85,2 euros en el sorteo de Navidad. "Que las ventas de 2011 alcanzaran las de 2010 sería un gran éxito", aclara Ortiz de Zárate, "no hay que olvidar que en el País Vasco las ventas se incrementaron el año anterior mientras que en el resto del estado descendieron un 0,26%". A la espera de que se conozcan las cifras definitivas, en Euskadi se han puesto a disposición de los ciudadanos cerca de 93.000 décimos para un sorteo que como principal novedad ha incrementado la cifra de números que entran en juego.