La fiscalía pide cuatro años para un conductor que causó un accidente mortal

La Fiscalía de Gipuzkoa pide cuatro años y medio de cárcel para un conductor acusado de saltarse dos semáforos en rojo a 125 km/h en el centro de San Sebastián y chocar contra otro coche que circulaba correctamente y cuyo único ocupante falleció a causa del impacto.

Los hechos ocurrieron sobre las 23.45 del 28 de octubre de 2010, cuando el procesado, que entonces tenía 29 años, circulaba por el Paseo Bizkaia de la capital guipuzcoana al volante de un Ford Focus, propiedad de un amigo que viajaba como copiloto en el mismo automóvil. Las conclusiones provisionales de la fiscalía precisan que el acusado aceleró hasta llegar a 125 en una vía donde existe "señalización visible" que limita la velocidad a 50 km/h.

El texto asevera que, con esta actitud, el acusado "incumplió las normas más elementales de circulación de vehículos a motor", con "absoluto desprecio hacia la vida e integridad física de los restantes usuarios de la vía", ya que era consciente de que a esta velocidad "no podría evitar la colisión con los vehículos" que encontrara en su trayectoria.

Al llegar a la intersección del Paseo de Bizkaia con el Puente de Mundaiz, se saltó dos semáforos en rojo ante los que estaban detenidos otros dos turismos y chocó con un Skoda Fabia que conducía la víctima, de 25 años desde el citado puente hacia la calle Parque y que circulaba correctamente.

Desplazado 49 metros

La magnitud del impacto fue tal que el Focus desplazó al Skoda Fabia un total de 36 metros sobre el asfalto, tras lo que el automóvil del fallecido describió un "vuelo parabólico" en el aire, a una altura de entre 40 y 60 centímetros durante otros 13 metros más, hasta que cayó sobre el bidegorri que discurre paralelo a la calzada en ese lugar.

El conductor del Skoda murió poco después debido al choque hipovolémico que le causaron las heridas recibidas.

La fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito contra la seguridad vial en concurso con otro de homicidio imprudente, por el los que reclama cuatro años y medio de reclusión para el encausado, además de nueve años de retirada del carné de conducir. A ello se suma el pago de una multa de 6.600 euros y de indemnizaciones de 106.556 a los padres del fallecido y de 2.158 euros al joven con que viajaba, más los intereses.