Miles de fieles a la tradición logran que la feria apenas se resienta
Los precios se mantienen estables con respecto a la pasada edición
"Ni la huelga ni la lluvia me dejan a mí sin el talo con chorizo". Así de contundente se mostraba ayer la joven Sandra Alonso, natural de Zamudio, junto a uno de los puestos de la 64ª edición de la feria de Santo Tomás. Algo así debieron pensar los miles de asistentes al gran escaparate del agro vizcaíno, que desde primera hora de la mañana atestaron el Arenal y la Plaza Nueva de la capital vizcaína. Como cada año, los pasillos de los 300 puestos de 151 productores vizcaínos desprendieron un atrayente olor a embutidos, queso, dulces, txakoli y a hogazas de pan casero.
La jornada salió gris y lluviosa y tuvo en Juan Zabala a su primer protagonista. El único criador vasco de capones presente en la feria acaparó, como cada año, todas las miradas del público, que comentaba el "excelente aspecto" de las aves, a 50 euros la unidad, engordadas entre siete y nueve meses al aire libre.
El público gastó "con mesura" por la crisis y, en general, se dio "caprichos"
El talo y los capones volvieron a ser las estrellas en una lluviosa jornada
Otra de las estrellas del día fue el talo, que no pocos tomaron para desayunar, y cuyo precio estuvo entre los cuatro y los 5,50 euros. Numerosos grupos disfrutaron de este tradicional bocado. Entre ellos, un amplio grupo de operarios municipales de la limpieza que hacían una pausa en el trabajo formaban un grupo llamativo por el atuendo fluorescente, verde y naranja, que vestían. Para que los vegetarianos no se quedaran sin probar este suculento manjar, la asociación de Liberación Animalista Askekintza ofrecía talos de txistorra "100% vegana".
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, inauguró y apoyó el mercado dando una vuelta por la Plaza Nueva en compañía del presidente de BBK, Mario Fernández, y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao. Azkuna probó la manzana que una de las baserritarras le ofreció e incluso firmó unos autógrafos a un grupo de niños que se lo reclamó. "Esto no vale para nada, solo para las multas", bromeó el regidor con los pequeños.
Los precios de los productos se mantuvieron, en general, estables respecto a los del año pasado. Así, las alubias rondaban los 13 euros el kilo, el pan estaba entre los dos y los tres, la coliflor y la docena de pimientos verdes, el euro, mientras la sidra y la botella de txakoli costaba cuatro euros. "No se pueden subir los precios por la crisis", señalaba uno de los baserritarras.
Azkuna confió en que los ciudadanos se gastaran la "tela marinera" en la feria y así lo hicieron, pero con mesura.
Lorenza Urrutia fruncía el ceño cuando se le preguntaba por el volumen de ventas en su puesto de hortalizas. "¡Bah!, así así", decía moviendo la cabeza. "Hemos venido a tomar algo y siempre cae algo, pero sin pasarse que este mercado es caro", sostenía una vecina de Leioa. "Esto es para darse un capricho, no para venir con la lista de la compra", afirmaba otra. A la hora del aperitivo, las inmediaciones de la Plaza Nueva presentaban un ambiente festivo. Los bares y hasta las terrazas cubiertas se llenaron de grupos de amigos, familiares y escolares que aprovecharon la jornada para reunirse a tomar un txakoli o un vino. Bandas de txistularis animaron la jornada por las calles de la parte vieja de la ciudad.
La Policía Municipal introdujo agentes de paisano dentro del recinto festivo para evitar robos y altercados. A partir de las once de la mañana, el recinto festivo comprendido entre las calles Sendeja, Ribera y Puente del Arenal se cerró al tráfico rodado hasta el cierre de los puestos.
A pocos metros de distancia del mercado, cita ineludible de que abre la Navidad bilbaina, l el público pudo disfrutar de otros dos mercados tradicionales de gran arraigo en la villa: la Feria de Artesanía, en las inmediaciones del Teatro Arriaga, y el Mercadillo de Navidad, en la balconada de la calle Bailén. Un operativo compuesto por 57 operarios y dotado de cuatro barredoras, dos porter de barrido, dos equipos de desinfección y cuatro máquinas recolectoras, se afanó en mantener limpio el recinto.
Azkuna y los sindicatos
El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, entiende que los sindicatos convocantes de la huelga de 24 horas del metro "han perdido una ocasión de ser generosos y solidarios con Bilbao y con Bizkaia", pero los ciudadanos "aguantarán". Eso dijo, el alcalde añadió que "a partir de ahora, no les debemos nada" y que la huelga el día del tradicional mercado de Santo Tomás podrá afectar al consumo ""a la economía". Según Azkuna, "el problema ha sido que los sindicatos se han radicalizado en una situación de penuria económica y el metro, que era un modelo extraordinario, es ahora una fuente de litigios y de problemas".
Ante esta situación, el alcalde de Bilbao ha instado a los sindicatos y a la dirección del metro a actuar con "sensatez e inteligencia porque así no se puede seguir". De hecho, ha pedido al consejero delegado de Metro Bilbao, Iñaki Prego, "menos prepotencia y más gestión, que para eso le pagan". A su vez, acierta a ver "cierta lógica" en que los tribunales suspendieran los servicios mínimos inicialmente fijados por el Gobierno.
Mientras, desde el PP, su portavoz en Juntas Generales, Esther Martínez consideró la huelga como un "despropósito, irresponsabilidad y desafío" a la sociedad, que "cuestiona las capacidades de algunos para ocupar los puestos que ocupan".
Para Bildu, tema laboral
El grupo municipal de Bildu en Bilbao puso especial énfasis ayer en subrayar el carácter estrictamente "laboral" de la huelga convocada en el suburbano por parte de los trabajadores, para así destacar que "han sido algunos políticos con sus declaraciones los que han pretendido politizar esta huelga", para, añade la coalición abertzale, "ocultar la nefasta gestión que están realizando y lo que es peor todavía, para poner a la ciudadanía en contra de los trabajadores".
Por ello, la edil bilbaína Helena Gartzia, en unas declaraciones realizadas a los periodistas en la inauguración de la feria de Santo Tomás, hizo un llamamiento "tanto al partido socialista como a la dirección de Metro Bilbao para que utilicen todas las herramientas que tienen en sus manos para poner solución a este conflicto". La concejal, a su vez, aseguró que, de esta manera, "en lo sucesivo" se podrán "evitar las molestias que puedan ocasionarse con estos paros que convocan los trabajadores".
[El departamento de Obras Públicas de la Diputación Foral de Bizkaia estudiará la posibilidad de que Bizkaibus incluya en sus próximas concesiones el prestar un servicio los viernes y sábados hasta las doce de la noche, por lo menos, desde los municipios cabecera de comarca.
Esta resolución se recoge en la proposición del PP, que ha salido adelante con el apoyo de todos los partidos de la Cámara vizcaína].
El PSE lo ve "injusto"
El portavoz del grupo municipal del PSE-EE en el Ayuntamiento de Bilbao, Alfonso Gil, considera "absolutamente injusta" la huelga de ayer en el metro y denuncia que se está haciendo "rehén" al "ciudadano normal". Gil, no obstante, ha querido quedarse "con lo positivo, que es que el metro, de momento, está satisfaciendo las necesidades" de movilidad de los ciudadanos.
No obstante, ve necesario hacer "un análisis de qué plataforma sindical tenemos encima de la mesa" porque, según ha asegurado, "a día de hoy no la conozco todavía". A su vez, cree preciso analizar "cómo se ha transitado a lo largo de estos últimos meses para llegar a una huelga que está absolutamente injustificada, porque a quien se está haciendo rehén de esta huelga es al ciudadano normal y corriente que quiere venir a vivir una fiesta magnífica a una ciudad magnífica como es Bilbao".
Tras agradecer el comportamiento ciudadano y de los trabajadores que se han incorporado a sus puestos en contra de la huelga, Gil ha dicho echar en falta "un pronunciamiento público claro del diputado general de Bizkaia o de diferentes alcaldes" de municipios con servicio de metro afectados por la huelga. En cuanto a la asistencia al mercado de Santo Tomás, Gil entiende que "todos los operadores de los diferentes medios de transporte han reforzado sus esfuerzos", aunque admite que ha habido "demasiada alarma".
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