Respuesta a Cayetana Alba

La carta que firmaba Cayetana Alba el pasado martes bien la podría haber firmado, muchos años atrás y en referencia a Extremadura, el personaje de Juan Diego en aquella extraordinaria película de Mario Camus Los santos inocentes, y que el hijo de Cayetana no recuerda haber visto (es de suponer que tampoco recordará haber leído la novela de Miguel Delibes). Es difícil caer en tantos tópicos en menos espacio, tópicos que demuestran la visión que tiene de Andalucía la rancia aristocracia a la que pertenece.

Somos muchísimos los andaluces que consideramos las corridas de toros una salvajada, a los que no nos gusta la Semana Santa, que no vamos a ningún tipo de feria y que consideramos que cualquiera de esas cosas no son representativas del "sentimiento popular andaluz". Igualmente renegamos de la beneficencia de la que hace gala esta señora, ya que la época de la beneficencia en Andalucía hace tiempo que quedó atrás. La imagen de Andalucía no la asociamos a toros, iglesias, fiestas y beneficencia, sino a la de un pueblo que salió masivamente a la calle en la transición española defendiendo no ser menos que nadie, y que lucha y ha luchado por una Andalucía democrática cuyos principios y valores inspiradores sean la libertad, la igualdad, la justicia social y la meritocracia. Y en esa lucha seguimos, a pesar de Cayetana Alba y de su hijo.