Juegan cuatro, corren todos
El Atlético, impulsado por los hombres de arriba y sujeto por una presión solidaria, doblega al Rennes y acaba primero de grupo
Un equipo solidario, generoso en el esfuerzo y comprometido; un Atlético desconocido. Con Manzano advertido de despido, los cuatro hombres ofensivos dieron un paso al frente, líderes del juego, estocadas para un Rennes ramplón y plagado de suplentes porque no tenía nada que decir en la competición. Fueron, al fin y ante el bramido de la hinchada y el reconcomio de la directiva, en lo que era una deficiencia sin subsanar, cuatro estrellas y un equipo.
La dirección deportiva del Atlético decidió dar carrete a Manzano al tiempo que le siseó que, como mucho, llegaba a las Navidades. Como si le otorgasen una última oportunidad, como si ya no importara ni se creyera en el proyecto, solo en el resultado. Quizá por eso, porque la victoria era una exigencia aunque estuvieran clasificados para la siguiente ronda y jugaran contra los reservas del Rennes, el técnico no dio reposo a los jugadores capitales (Arda Turan, Diego, Adrián y Falcao), que sí se creen su propuesta, acorde a sus características de toque y remate, pero poco cómoda para el resto de los jugadores, más dados al contragolpe y a la sencillez en el ataque.
ATLÉTICO 3 - RENNES 1
Atlético: Asenjo; Perea (Miranda, m. 65), Godín, Domínguez, Filipe; Koke, Assunção, Diego (Tiago, m. 76), Arda Turan (Juanfran, m. 82); Adrián; y Falcao. No utilizados: Courtois; Mario, Reyes y Salvio.
Rennes: Diallo; Jebbour (Diarra, m. 87), Foulquier, Apam, Mavinga; Mandjeck, Pajot; Tettey, Doumbia, Brahimi (Feret, m. 87); y Montaño (Hadji, m. 66). No utilizados: N'Diaye; Kana-Biyik, Boye y M'Vila.
Goles: 1-0. M. 38. Falcao, de penalti. 2-0. M. 43. Domínguez cabecea una falta lateral sacada por Diego. 3-0. M. 79. Pase de Adrián y remate de Turan. 3-1. M. 86. Mandjeck, a la salida de un córner.
Árbitro: K. Jakobsson (Islandia). Amonestó a Assunção y Apam.
Vicente Calderón: 13.000 espectadores.
Pero Manzano, erre que erre, tan testarudo como convencido de su apuesta, volvió a demostrar que este Atlético, su Atlético hasta que le digan lo contrario, tiene pie suficiente para desfigurar a cualquiera, por más que en la Liga resultara menor ante todos los grandes y en la Copa quedara enano, golpetazo y de bruces contra la realidad, ante un segunda b (Albacete). Puso el entrenador, incluso, a un solo mediocentro, Assunção, para romper el juego rival y tratar de organizar el propio. No hizo ninguna de las dos cosas el medio porque el pase no es su fuerte y porque el Atlético quebró al rival desde el origen, obligado a tirar pelotazos. Resulta que los cuatro mosqueteros no solo hilvanaron el fútbol del Atlético, sino que se desgastaron como nunca en la presión. Adrián y Falcao, para impedir líneas de pase en la raíz del juego rival; Turan y Diego, habitualmente perezosos, en la zona ancha. Presión alta, defensa eficaz y solo cuatro remates en contra, dos paradones de Asenjo y una falta lateral escupida por el larguero en una debilidad sin remedio para el equipo, que no acierta a despejar ninguna en las jugadas a balón parado. Obviedad certificada en el último córner con un gol de Madjeck.
Pero el Atlético, lejos de esa versión rota en la defensa, resultó también un equipo sugerente en el ataque, con la única gran deficiencia de que le falta un engarce en la medular, una junta que cosa el juego, un gancho que dé ritmo a través del pase. Pero, de nuevo, se bastó el cuarteto para descomponer al rival. Turan y Diego, de movilidad y libertad perenne, se definieron con el juego de entrelíneas, siempre válidos para la mezcla, con facilidad para la asistencia de escuadra y cartabón. Jauja para Adrián, que tira desmarques como nadie, que arrastra como pocos. Y oro para Falcao, más atornillado en el eje, a la espera de poner el lazo definitivo. Tarea que le cuesta con los pies -sus últimos cinco goles son tres penaltis y dos cabezazos-, misión que cumplió desde los 11 metros después de que Adrián simulara con descaro un penalti que el colegiado concedió.
El segundo tanto llegó en una jugada a balón parado, con una falta botada por Diego y cabeceada por Domínguez Y, tras una genialidad de Adrián y un pase de Koke, Turan puso el remate final. Tres goles, una clasificación como primeros de grupo para los dieciseisavos y nadie contento.
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