"Yo no le hice nada"
El acusado de matar a una mujer de 82 puñaladas declara que se quedó dormido tras consumir mucha cocaína
"Yo no le hice nada a Ivana". Es la frase que mejor resume la declaración de ayer, ante el juez, de Sergio González Moreno, el hombre acusado de matar de 82 puñaladas a su compañera sentimental, Ivana Sanz Fanego, el 21 de enero de 2010 en Brunete. El imputado mantuvo durante la segunda jornada del juicio que estuvo consumiendo cocaína toda la mañana y que, tras ser insultado por la víctima, se quedó dormido. Se despertó horas después cuando la Guardia Civil le estaba esposando. Estaba boca abajo y tenía una rodilla puesta en la espalda para que no se moviera.
La versión que dio González Moreno contradice todo lo que ha revelado la investigación. Según explicó a preguntas del fiscal, quedó con su compañera sentimental y estuvieron desayunando en el bar Plaza de Brunete. Allí la mujer le pidió perdón porque había mandado algunos mensajes a un hombre llamado Iván al que había conocido. Tras terminar el café, ambos se marcharon a la casa de ella y estuvieron consumiendo cocaína. "Cuando se nos terminó, yo tuve que ir a Quijorna a comprar más. Ella estaba muy cariñosa y quería hacer el amor, pero yo me negué", explicó el acusado.
La mujer llamó entonces al tal Iván y le dijo que fuera a verla, porque González Moreno "era un mierda, un pichafloja y que era él el que le ponía", según el relato del imputado. "En ese momento me sentí como una piltrafa de la sociedad y me quería morir, suicidarme. Como estaba muy cansado porque no había dormido en toda la noche, me quedé dormido en el sofá", explicó el acusado, que aseguró que fue la mujer quien le metió en el mundo de la cocaína. "Me dijo que me ayudaría a superar la depresión que sufría", añadió. Ambos se conocieron en el hospital psiquiátrico de Majadahonda.
La inspección ocular del piso demostró que la agresión a la mujer se había producido en tres estancias distintas de la vivienda, en la calle de Cardeñas. El responsable del crimen utilizó dos cuchillos de cocina, unas tijeras y una navaja. Además, le seccionó la tráquea para evitar que pidiera auxilio, como ya había hecho al lograr salir al rellano de la escalera.
Sergio González había sido condenado previamente por intentar atropellar a los suegros de su primera mujer en San Lorenzo de El Escorial y por quebrantar la medida de alejamiento que tenía con esta mujer por supuestos malos tratos. El hombre ya había intentado suicidarse con anterioridad en varias ocasiones.
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