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Reportaje:

Chillida-Leku, en cómodos plazos

Los herederos del artista plantean facilitar los plazos, las fórmulas de pago y el precio para negociar con las instituciones la adquisición del museo

La familia Chillida espera tomar un camino inusitado hasta ahora que haga posible avanzar en la negociación con las instituciones vascas para que el museo Chillida-Leku, cerrado desde el pasado 1 de enero, pase a manos públicas. Así se lo hizo saber la familia a la consejera de Cultura, Blanca Urgell, en una carta que le remitió al día siguiente de la reunión que mantuvieron el pasado 9 de noviembre tres representantes de los herederos de Eduardo Chillida con representantes del Gobierno y de la Diputación de Gipuzkoa para resolver el enconado asunto del futuro del museo, sito en las campas de Zabalaga en Hernani.

Lo que se trata es de dilucidar por dónde pasa esa "nueva vía", que por ahora transita por caminos angostos llenos de obstáculos para ambas partes. Los Chillida insisten en que "cualquier posible negociación" debe plantearse sobre la base de una adquisición del centro por las instituciones, "siempre que se acepten las conocidas condiciones fijadas por sus creadores", es decir, el carácter monográfico, la unidad permanente y la salvaguarda del legado.

La familia se reunirá de nuevo en enero con las instituciones
Los herederos ven posible buscar fórmulas para hallar una solución

Las instituciones, por su parte, mantienen que la actual coyuntura económica hace "difícil la adquisición de la propiedad". La propuesta del Gobierno y la Diputación pasa por cubrir el déficit del museo -más de dos millones de euros en sus 10 años de vida- mediante la firma de un convenio. Supone una vía secundaria que no convence a los Chillida para "asegurar el futuro del museo", que no se resuelve "con subvenciones ni apoyos puntuales".

Las instituciones quieren apretar el acelerador y ver reabierto el museo la próxima primavera. Las presiones políticas, -la proposición no de ley aprobada en la Comisión de Cultura del Parlamento- y la opinión pública pesan demasiado como para mantener por más tiempo Chillida-Leku cerrado a cal y canto.

Los herederos del escultor se reunirán de nuevo en enero entrante con las instituciones. Los ocho hijos de Eduardo Chillida y sus respectivas familias mantienen inalterable la propuesta de compra institucional, pero ¿qué fórmulas se pueden barajar? Los principios que esgrimen los herederos en esta negociación están vinculados a la generosidad, la participación abierta, la progresividad, la defensa del legado del autor y la seguridad jurídica. La generosidad se refiere a los plazos, formas de pago y precio. Si la tasación realizada en Sotheby's en 2008 valoraba el museo en 176 millones de euros, sin contar los terrenos, la última oferta puesta sobre la mesa por el Ejecutivo el pasado mes de febrero se quedaba en 80 millones. "De esta forma, habría un 50% del precio de la tasación que asumimos, y el resto debería ser aportado por las instituciones", señalan fuentes de la familia.

Con estos parámetros, la venta podría realizarse a través de una participación abierta. El 50% abonado por las instituciones públicas y privadas en la "fórmula y combinación que ellos mismos definan; Gobierno vasco y Diputación dando entrada a la Administración central y/o a empresas privadas".

En cuanto a la progresividad, los herederos creen que una opción sería proponer un plan de financiación flexible en el cual las instituciones actuarían como entidades de capital riesgo de forma que irían tomando participación en Chillida-Leku progresivamente. Así, la adquisición se podría ir haciendo poco a poco con un precio fijado previamente. "Empezando con una entrada menor e ir incrementando cada año la participación hasta hacerse con el total, por ejemplo", explican dichas fuentes.

Los Chillida han mostrado en los últimos meses su interés en que cualquier posible negociación con las instituciones se lleve con "transparencia y legalidad" y se recoja en un documento jurídico. El objetivo es que un futuro cambio institucional no pueda invalidar el acuerdo que se alcance. Además, también se estudia la posibilidad de reducir el tamaño de la colección, es decir, poner a la venta un menor número de obras sin que el museo pierda el discurso artístico, con la consiguiente disminución del precio de la adquisición.

En la carta en la que se emplaza a Urgell a una próxima reunión a primeros de año, los Chillida reiteran su deseo de buscar un futuro para el museo convencidos de que "es posible buscar fórmulas que permitan encontrar una solución".

Un grupo de visitantes en Chillida-Leku, en víspera del cierre del museo hace ahora casi un año.
Un grupo de visitantes en Chillida-Leku, en víspera del cierre del museo hace ahora casi un año.JAVIER HERNÁNDEZ

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