El vapuleado sector público

Carmen, abogada del Ministerio de Justicia desde hace más de cinco años, se ocupa de desarrollar las leyes que aprueba el Parlamento y adecuarlas a las europeas, una tarea ardua, que conlleva trabajar dos horas más al día de lo que debiera, aduce. Más horas, incluso, que un diputado. Ataviada con una chaqueta de cuero roja, informal pero elegante, aparece con su 1,80 metros y su larga melena rubia entre la espesa neblina justo frente a la fachada del centro comercial por antonomasia de Bucarest, ubicado en la Piata Unirii (plaza de la Unión). "Mira hacia arriba y observa la invasión del capitalismo feroz que nos ha engatusado", señala mientras contempla irónicamente la publicidad de la entrada. Las firmas de Inditex acaparan la fachada principal del recinto, desde Zara hasta Bershka o Pull & Bear. "Parece que vayan a ser unas Navidades en una ciudad española", continúa.

Hasta ahora, los puestos eliminados eran plazas vacantes

Los funcionarios temen más los recortes de sus mermados salarios

El 43% de los rumanos tienen deudas con el banco o los amigos

En una de las librerías del centro comercial coge un libro sobre las políticas de la UE. ¿Tiene que conocer bien la legislación europea para ajustarla a la rumana? "No", espeta, "quiero marcharme. La presión en el trabajo llega a tal punto que deseo dejarlo, hay un gran volumen de trabajo y para colmo nos están reduciendo la plantilla". El presidente rumano, Traian Basescu, anunció hace pocos días que el Gobierno despedirá hasta finales de 2012 a unos 300.000 puestos públicos (10% funcionarios y el resto desempeña tareas de las Administraciones públicas). Desde el estallido de la crisis económica mundial en 2008, el país balcánico tuvo que implementar reformas necesarias para reducir el gasto público, medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ya ha echado a la calle a alrededor de 180.000 personas. "Por ahora, se está salvando mucha gente porque los puestos que se han eliminado eran vacantes", cuenta Sorin, amigo de Carmen y trabajador también de la Administración central. "Ahora no sé qué sucederá, habrá ajustes en muchos sectores", prosigue. Aún no sabía que CFR, la Renfe rumana, menguará su plantilla en 2.581 trabajadores antes de final de año. A principios de 2011 tenía 10.904 empleados; ahora, 8.401. Esto hace 5.084 empleos eliminados, la mitad del total.

"En Rumanía se teme másla disminución de los salarios que los despidos", advierte Sorin, después de que el Ejecutivo haya rebajado los sueldos de los empleados públicos un 25% y haya subido el IVA del 19% al 24%. "Los funcionarios no creen que se vayan a perder sus trabajos porque hasta ahora no se ha reflejado claramente, pero sí temen ver reducido su ya extenuante poder adquisitivo, lo que podría provocar una desmotivación generalizada", alerta.

Carmen reconoce que no sabe cómo se puede hacer frente a sus gastos mensuales con un salario medio de 400 euros. "Tenemos que pedir un préstamo al banco o a la familia, amigos o compañeros de trabajo. Todo es un círculo vicioso". A mediados de 2011, 4,2 millones de rumanos (el 43% de la población activa) tenía un crédito en un banco o adeudaba una cuantía a un familiar o amigo, y 450.000 tenían obligaciones con ambos, según el Informe del Banco Nacional Rumano sobre la estabilidad financiera de 2011.