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China pone condiciones para un recorte de emisiones en 2020

EE UU considera "improbable" llegar a un acuerdo vinculante en la Cumbre de Durban - "Frustración" en la UE por la demora en la negociación

Si la negociación del clima fuera un partido de fútbol se podría decir que los equipos juegan al patadón: a lanzar el balón hacia adelante y a ver qué sale. Así, en el primer día de negociación de alto nivel, EE UU admitió que considera "muy improbable" firmar nada que le comprometa a un acuerdo vinculante en el futuro, y China anunció que podría aceptar compromisos vinculantes de emisiones en 2020 pero siempre que antes se cumplan sus condiciones. Ante las posturas de estos países (que suponen la mitad de las emisiones del mundo), la UE mostró su frustración por la demora y señaló que su objetivo es lograr "una hoja de ruta" que comprometa a todas las grandes economías.

Cuestión de palabras. EE UU quiere de Durban algo así como "un proceso para llegar a un sistema internacional que garantice la simetría" en el control de emisiones, según fuentes de la negociación, mientras que Europa apira a obtener un "mandato con una hoja de ruta que termine en un marco jurídicamente vinculante".

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En Sudáfrica todo el mundo parece haberse dado un baño de realismo, después del fracaso de Copenhague en 2009 y del espejismo de Cancún el año pasado, que devolvió la negociación internacional a la ONU pero sin aclarar el futuro. "Es como cuando uno se cae al saltar el potro. Se tiene que levantar y tomar carrerilla para volver a intentarlo. Pero llevará años", explica Josep Garriga, economista de amplia experiencia en estas citas.

Así, el primer periodo del Protocolo de Kioto termina en solo un año y lo único claro es que ni Japón, ni Rusia ni Canadá firmarán un segundo plazo. Solo la UE -y Australia- aceptan mantenerse en Kioto, pero si a cambio logran el compromiso de que EE UU y China se sumarán a un acuerdo en el futuro. La UE quiere un calendario claro para llegar a un acuerdo vinculante, algo que ya se pactó en 2007 en Bali y que luego fracasó. "Claro que es frustrante estar así. Pero este es el escenario en el que nos movemos... La UE estaba dispuesta hace dos años a firmar un tratado, pero otros no lo estaban", replicó a este diario la comisaria de Acción por el Clima de la UE, Connie Hedegaard.

La dificultad puede en este caso no ser China. Su negociador jefe, Xie Zhenhua, se declaró dispuesto a asumir compromisos en 2020 pero si antes se cumplen unas condiciones, como que se prorrogue el Protocolo de Kioto y se evalúe cómo van las emisiones de los países ricos. Que en 2020 China tendrá que estar en un régimen internacional de emisiones (si lo hay) cae por su peso. Las emisiones per capita en China se han triplicado desde 1990 (de 2,2 toneladas por habitante y año a 6,8) y ya se acercan a la media europea (8,1). Aún están lejos de la emisión de un estadounidense (16,9 toneladas), pero la proyección de la Comisión Europea es que lo alcance en 2027. Con ese anuncio, China no despeja el camino, ni aclara todas las dudas, pero deja el foco en EE UU, el segundo emisor del planeta y que tampoco está sujeto a compromisos internacionales.

El enviado especial de Obama para el cambio climático, Todd Stern, dejó claro que no ha llegado a Durban a negociar un tratado internacional vinculante. Ni siquiera a aceptar que ese tratado internacional es el objetivo a largo plazo. "EE UU no tiene ningún problema conceptual con un acuerdo legalmente vinculante" siempre que estén dentro China, India y el resto de grandes emisores, declaró en rueda de prensa. Sin embargo, según Stern, aún no ha llegado ese momento: "No creo que las condiciones se den ahora. No creo que estén listos para la paridad completa sin condiciones, creo que es muy improbable que eso ocurra ahora".

La postura de EE UU llevó a las principales ONG ecologistas, como Greenpeace, WWF y Oxfam, entre otras, a pedir a EE UU que "se aparte de la negociación". No es una frase más, ya que esa fue exactamente la frase que recibió la Administración de Bush en Bali, en su última cumbre. Entonces se lo dijeron Al Gore y el representante de Papúa Nueva Guinea, que fue aplaudido a rabiar cuando lo repitió en el plenario final. El comunicado demuestra que el idilio entre ecologistas y Obama toca a su fin. Con los demócratas, EE UU se ha comprometido en la ONU a reducir sus emisiones un 17% en 2020 respecto a 2005, pero no han conseguido aprobar legislación en el Congreso, donde los republicanos se oponen.

Según Stern, las emisiones ya han caído alrededor de un 6%, y aunque admitió que necesitan leyes, confió en aprobarlas en los próximos años. El enviado de Obama declaró que el acuerdo vinculante "es un medio" para disminuir las emisiones, no un fin en sí mismo. Y puso como ejemplo el Protocolo de Kioto, un acuerdo vinculante que solo cubre un pequeño porcentaje de las emisiones y que no ha conseguido limitar el aumento en todo el mundo: "Kioto ha cubierto un 27% de las emisiones. Canadá, Rusia y Japón no se van a apuntar a un segundo periodo. Así que puede que Kioto, un instrumento legal, cubra el 15% de las emisiones". Según Stern, es más funcional trabajar con los Acuerdos de Cancún, compromisos voluntarios enviados a la ONU por países que cubren el 85% de las emisiones. Preguntado por la financiación internacional, Sterm advirtió con la habitual claridad que utilizan los estadounidenses en estas citas, que el mundo vive "un ambiente fiscal complicado", en alusión a la dificultad de cumplir los compromisos.

"Escuchad a la gente, no a los contaminadores", es el lema de los ecologistas en la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica).
"Escuchad a la gente, no a los contaminadores", es el lema de los ecologistas en la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica).ALEXANDER JOE (AFP)

El Himalaya se funde... pero no tanto

En 2007, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático firmó uno de sus más bochornosos episodios cuando incluyó en su informe que los glaciares del Himalaya podrían fundirse hacia 2035. El dato era erróneo (y físicamente imposible), pero ahora el mayor estudio realizado sobre los glaciares del Himalaya subraya "la extrema vulnerabilidad de la región al cambio climático", según investigadores del International Center for Integrated Mountain Development (ICIMOD), con sede en Nepal, y que ha sido presentado en Durban.

La importancia de la zona es que de ella depende el suministro de agua de 1.300 millones de personas en Asia, allí nacen los grandes ríos del continente. El Himalaya acoge el 30% de los glaciares del mundo, pero el conocimiento sobre su evolución a lo largo del tiempo es muy limitado.

Mediante satélite, los investigadores han localizado unos 54.000 glaciares que cubren unos 60.000 kilómetros. Sin embargo, solo una decena de ellos han sido estudiados con regularidad para poder afirmar si hay pérdida de hielo. "Los glaciares parece que están retrocediendo en el centro y en el este del Himalaya", afirma el instituto, y cita estudios que hablan de una reducción del 22% en Bután y del 21% en Nepal en los últimos 30 años, aunque admite que faltan datos para llegar a "una conclusión firme".

Los jugadores en la negociación

- EE UU. El segundo mayor emisor mundial quiere mantener los Acuerdos de Cancún, que no son vinculantes, hasta al menos 2015. Pretende conseguir de Durban algo así como "un proceso para llegar a un sistema internacional que garantice la simetría" en el control de emisiones, según un delegado. Dice que solo firmará si China e India se comprometen en el mismo nivel que ellos a recortar emisiones, pero ese no es el caso. EE UU emite un 11% más que en 1990, aunque ha bajado en los últimos años. Obama se comprometió a reducir las emisiones un 17% en 2020 respecto a 2005 y afirma que ya ha rebajado un 6%, aunque no explica bien esa senda.

- China. El mayor emisor del planeta exige prorrogar Kioto hasta 2020 y afirma que entonces podría sumarse a un tratado internacional vinculante. Las emisiones en China se han duplicado desde 2003 y sus emisiones per capita no andan lejos de las europeas. En 2020 serán superiores. Se ha comprometido a reducir su intensidad de CO2 (relación entre las emisiones y el PIB), pero no explica la vía de reducción ni deja de momento que haya verificación internacional del resultado.

- UE. La Unión Europea quiere obtener en Durban "un mandato con una hoja de ruta que termine en un marco jurídicamente vinculante" lo antes posible. A cambio, aceptaría mantenerse en un segundo periodo del Protocolo de Kioto hasta 2020. Junto a la UE estarían Suiza, Australia, Noruega y Nueva Zelanda. Europa ha reducido sus emisiones un 15,5% respecto a 2020 y tiene legislación para llevar el recorte al 20%.

- Los que se apean. Tres países, Canadá, Japón y Rusia, han anunciado que no se sumarán a ningún segundo periodo de Kioto. Así, el Protocolo contra el calentamiento global pasaría de cubrir el 27% de las emisiones actuales a solo el 15% del total.

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