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Montjuïc acoge la pasión por los coches 'vintage'

El Salón Auto Retro Barcelona celebra su 28ª edición

La nostalgia de los apasionados del motor toma el alma de Montjuïc esta semana. Impecables coches de época, vehículos históricos y de colección se exhiben desde el pasado sábado en el recinto de Montjuïc de la Fira de Barcelona donde se ha abierto la 28ª edición de Auto Retro Barcelona. En total, 300 expositores de ocho países. Uno de ellos -American Car Club Catalunya- es un taller especializado en reparar coches fabricados en Estados Unidos. El Salón, que permanecerá abierto hasta el martes, ofrece a los coleccionistas del motor un espacio para disfrutar comprando, vendiendo o intercambiando piezas y complementos de cualquier índole para sus vehículos.

Una de las singularidades de Auto Retro es un mercadillo para adquirir piezas originales, artilugios que a simple vista pudieran parecer chatarra y son joyas para los aficionados a la restauración que buscan embellecer la carrocería o el motor de su coche. El evento celebra una serie de actividades. El II Concurso Moritz de Reparación de Averías 600, que ya tuvo un gran éxito en la anterior edición, consiste en reparar el coche antes que otros concursantes. Los vehículos clásicos que visiten el salón pueden pasar su correspondiente Inspección Técnica de Vehículos en la estación ubicada en un extremo de la plaza del Universo. Juan Márquez junto con su hijo, de 54 y 33 años, respectivamente, acuden desde 2001 al salón para realizar la revisión a dos de sus tres coches clásicos que coleccionan. "El precio, 38,15 euros, es mucho más económico que el que nos costaría fuera y, además, la revisión se ajusta más para este tipo de vehículos", explican. También Montesa celebra sus 50 años de la Operación Impala, un viaje-aventura en moto en que cinco motoristas pusieron rumbo a ciudad del Cabo (Sudáfrica) para empezar allí el viaje y llegar hasta Túnez. Un recorrido de 20.000 kilómetros por el continente africano en 1962.

Acuden a la feria tres centenares de expositores de ocho países

El salón también recuerda el antiguo circuito de carreras utilizado hasta 1975 y ayer permitió a los conductores con añoranza recorrer aquel mítico trazado de la montaña.

Christophe Lavielle, de la librería francesa Motors Manía, participa en esta feria desde 2003 y subraya la gran afición al coleccionismo de coches clásicos que hay en España. Aquel año, creó su librería especializada en la venta de libros, revistas, litografías o placas esmaltadas de colección, todo relacionado con el mundo del motor que se encuentra en Pau, localidad que celebra anualmente el Gran Premio de Coches de Pau y donde recibe un gran número de visitantes españoles en busca de objetos clásicos sobre su pasión vintage.

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