El cilindro infinito
Un corredor completamente blanco de 120 metros de largo y 2,5 de diámetro atraviesa todo el espacio de la galería Soledad Lorenzo (Orfila, 5). Podría ser el cilindro de tela por el que ET es aislado de su amigo Elliott o una inmersión al vacío en cualquier película de terror. El afán experimentador de Sergio Prego (Fuenterrabía, 1969) hace que siempre sorprenda con sus propuestas, cualquiera que sea el formato. En esta ocasión ha creado una membrana gigante con la que esculpe el espacio del local. El visitante accede al interior de la pieza a través de una abertura vertical. El túnel, una estructura neumática, está adherido al suelo, las paredes y el techo. Una luz blanca y difusa recrea una atmósfera fantástica, evocadora de algo que podría ser el comienzo del mundo. Para Soledad Lorenzo, Prego ha creado expresamente una pieza con la que contribuye a la despedida que la galerista ha iniciado con exposiciones dedicadas a sus artistas.
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