#madrid
Atonía expectante. La semana número dos tras el triunfo arrollador del PP acaba con una atonía similar a la que dejó la resaca del 20-N en los perfiles públicos de la clase gobernante local. A la espera de que Mariano Rajoy, el silente líder del tuit semanal, despeje las incógnitas que afectan al reparto de poder en Madrid, el alcalde Gallardón optó por el silencio absoluto. Esperanza Aguirre, menos asidua en las quinielas de ministrables, volvió a teclear desde su iPad para, entre otros asuntos de tono institucional, pedir a los españoles que respalden las medidas contra el desempleo (aún inéditas) del futuro presidente. La beligerancia de la lideresa en Twitter parece haberse diluido con los nuevos tiempos. ¿Volverá?
El ataque del clon irreverente. En este escenario de comedimiento, una nueva estrella se ha adueñado de los focos del ecosistema tuitero. Conocida como @EspeonzaAguirre, su ácida parodia de la presidenta le ha reportado más de 52.000 seguidores desde la jornada de reflexión, cuando se lanzó al ruedo de los 140 caracteres con perlas como: "A partir del lunes, en España no va a acampar ni Jesús Calleja". Tal es la progresión de fieles que en poco tiempo podría desbancar a la propia Aguirre, con casi 67.000 seguidores.
Tranvía en dique seco. Atenuado el impacto de la #mareaverde y de la huelga de profesores del martes, el asunto con más repercusión en las redes fue la suspensión temporal del servicio del tranvía de Parla por su inviabilidad económica. Los cientos de miles de vecinos afectados quedaron a un lado en el rifirrafe político. Hubo quien, como Francisco Granados, se concedió la licencia del chiste cinematográfico: "Un tranvía llamado deseo, producida por Tomás Gómez, el mejor ejemplo del despilfarro socialista".
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