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Columna
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Nueva democracia y nuevo Estado

Lo que aquí sigue es una interpretación de los lapsus y los automatismos de un presidente sometido a la presión del periodismo como control del poder, a lo largo de la entrevista que Mònica Terribas hizo a Artur Mas. Una entrevista posiblemente irrepetible a corto plazo, con este u otro presidente y en cualquier canal peninsular. Incluso, me temo, en TV-3. ¿Qué lectura tiene un presidente de la nueva derecha ante la democracia y el Estado en este cambio de época? ¿Cómo aparece eso en su lenguaje? El presidente optó por las valoraciones sentimentales sobre las éticas -ejemplo: preguntado por si se arrepentía de alguna medida en este primer año de Gobierno capitalizado por recortes, optó por un "més que penedir-me, m'ha dolgut"-. ¿Son los sentimientos el motor de la política? Desde luego, no lo son los programas electorales -ejemplo: sobre la supresión de la Ley de Sucesiones, Mas aludió que estaba en el programa; un programa en el que no estaban, por otra parte, los recortes, que ni siquiera valoró como incumplimiento-.

Mònica Terribas hablaba de un modelo de televisión pública, y Artur Mas, sobre un modelo político

La función de los Gobiernos, por otra parte, ya no tiene nada que ver con los programas. Consiste en "crear confianza". ¿A quién? A la ciudadanía no, pues ya no elige las políticas, en tanto ya solo hay una política posible -ejemplo: "No tenim alternativa al que estem fent"-. La idea de responsabilidad gubernamental, por otra parte, se diluye -ejemplo: Mas aludió a la herencia del anterior Gobierno como a la realidad; la realidad se hereda, ya no se es responsable ante ella-. Esa única política posible y esa ausencia de responsabilidad prefiguran el tecnócrata. Lo que sorprende, por otra parte, es la baja formación técnica del tecnócrata -ejemplo: Mas llegó a explicar la crisis en Cataluña en tanto no somos un Gobierno soberano, como Estados Unidos, "país que pot fabricar bitllets sempre que vulgui".

La defensa del Estado de bienestar pasa a ser la "defensa de l'essència de l'Estat del benestar". Y una esencia es un perfume. El Estado de bienestar es ignorado, por otra parte, en su esencia: los impuestos progresivos -ejemplo: interrogado sobre el incumplimiento electoral de un impuesto a las grandes fortunas, respondió con un (así) "no es resol un problema de 2.000 milions"-. El impuesto indirecto es incluso, zas, interpretado como IRPF -ejemplo: "Qui té més diners pagarà més taxa per l'aigua"-. La preocupación, o incluso, la compresión de lo común es mínima, y su verbalización, cercana al populismo -ejemplo: "No volem tenir patrimoni en un moment que la gent ho passa malament"; la frase hubiera sido meritoria si Mas vendiera su domicilio y repartiera el dinero entre los niños, pero alude a la venta de propiedad pública-. Más sobre populismo: el pacto fiscal apareció a la vez que la alianza con el PP. Una forma de explicar que el nacionalismo adquiere el valor de ser una forma de no hablar de ideología. O la forma de distinguir a dos partidos con políticas idénticas, pero con dos nacionalismos diferenciados.

La mayoría democrática es interpretada como "aval". De, como ha quedado visto, una única política que carece de programa. Algo preocupante: de los países en crisis y recortes de derechos del sur de Europa, solo en Portugal el ejército ha declarado que no reprimirá a una población civil que se enfrente al Estado, esa cosa que ahora se gobierna con avales y sin programas. Preguntado sobre la crisis de legitimidad de los Gobiernos, respondió aludiendo a que al presidente de Estados Unidos no se le vota mucho, "i el president de Xina (...) encara menys". Concretamente, el 0%. En lo que supone citar a China, otro Estado sin bienestar, como modelo de legitimización política.

La entrevista finalizó con una breve discusión sobre TV-3. Terribas hablaba de un modelo de televisión pública, y Mas, sobre un modelo político. Quizás otro indicio de la pasividad ante lo público. U otro indicio de que esta nueva democracia, este nuevo Estado, no necesita una televisión pública. Es decir, otro control. Posiblemente funciona mejor con propaganda, vertebrada a través de grupos de comunicación.

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