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Reportaje:HABITACIONES

El colchón y el guisante

Camas baratas y mal elegidas. Un estudio asegura que los hoteles españoles escatiman erróneamente en el descanso

Patricia Gosálvez

La princesa que notaba el guisante bajo la pila de colchones no pegaría ojo en la mayoría de los hoteles españoles. Según un estudio del club de calidad Rusticae (www.rusticae.es) y el Grupo Laxy, fabricante de sistemas de descanso, las camas de 22 hoteles auditados -tanto pequeños establecimientos boutique como cinco estrellas de grandes cadenas- obtienen un triste 5,10 de nota media. Primero porque son baratas: unos 200 euros por cama doble matrimonial, lejos de los 600 o 700 mínimos exigibles. "A pesar de ser lo más importante, muchas veces es lo que se compra lo último y se escatima en el presupuesto", explica Elena Boj, directora corporativa de Rusticae, que examinó algunas habitaciones personalmente. "Las cosas que encontramos... a mí me han fastidiado la experiencia hotelera: ¡he visto bichos entre el colchón y la funda de un hotel de 5 estrellas!". Horror. Los datos más desoladores del estudio son los de la limpieza: el 28,5% de los hoteles tiene carencias y el 38%, un nivel de limpieza mejorable. Solo el 33,5% se puede declarar en estado óptimo de limpieza, es decir, sábanas impolutas, colchones aspirados y nada de fundas plásticas que favorecen la aparición de ácaros.

Los hoteles también suspenden en la elección del sistema de descanso adecuado. "Muchos hoteleros ponen la cama que les gusta para casa, pero un hotel requiere otro planteamiento", dice Boj. El colchón se tiene que adaptar a diferentes pesos y sudoraciones, por lo que no convienen los de látex y viscoelástica. Para las camas dobles, lo mejor son los muelles embolsados, por higiénicos y transpirables y por proporcionar independencia a la pareja (el flaco no rueda hacia el gordo). Aun así, el 61,9% de los hoteles apuesta por los muelles bicónicos, perfectos para camas sencillas pero incómodos para parejas. En cuanto a las bases, las tapizadas son más firmes que las laminadas. "Almohadas, no hace falta una carta con 27, pero debe haber por lo menos tres distintas", continúa Boj.

El estudio establece además un estándar de calidad en el que los colchones se deben voltear cada seis meses y renovar cada cuatro o cinco años. "Es increíble la de hoteles que tienen los mismos colchones desde hace 15", dice Boj; y da un último consejo: "Si la cama es incómoda, proteste... La gente cree que no duerme bien porque no está en su casa, pero es por la cama".

El sueño soñado

A pesar del panorama, algunas cadenas ya han implantado sus propios protocolos de calidad para proporcionar a sus clientes el sueño soñado. El informe destaca iniciativas como las del Grupo Marriot (que se gastó unos 142 millones de euros en 628.000 camas nuevas) o el Grupo Westin, que en 1999 puso en marcha el programa Heavenly Beds (camas celestiales). "Las he probado y tienes que ponerte tres despertadores para amanecer", dice Paloma Hidalgo, que supervisa a gobernantas y camareras en el Westin Palace de Madrid. "Lo primero que se comprueba es que la ropa de cama venga perfecta de la lavandería", dice Hidalgo, y explica el estricto protocolo con el que cada pareja de camareras coloca las capas que lleva una cama celestial: sábanas bajeras, intermedias y superiores de 250 hilos, edredones de plumas de ganso, cinco almohadas... Hace años que se desecharon las colchas por antihigiénicas. "Los colchones no tienen funda plástica y su almohadillada capa superior se separa con una cremallera y se lleva al tinte dos veces al año para un tratamiento antialérgico y antiácaros", explica Hidalgo. "Tres veces al año o más se aspiran colchones y cabeceros, y anualmente una empresa de control de plagas hace su ronda".

El Palace va por la cuarta generación de Heavenly Beds y cuenta con un sistema de elevación hidráulica que levanta el colchón para que hacer la cama sea infinitamente más rápido y fácil, reduciendo lesiones y bajas laborales de las camareras que preparan unas 22 habitaciones al día. "Las encuestas entre nuestros clientes lo dicen todo", presume Hidalgo, "puntúan la cama celestial con un 9,54 de 10". Aptas para princesas de cuento.

A la izquierda, una cama celestial del hotel Westin Palace de Madrid. A la derecha, el hotel de la Playa, en La Pobla de Farnals (Valencia), del sello Rusticae. Dos ejemplos de hoteles que apuestan por invertir en las camas.
A la izquierda, una cama celestial del hotel Westin Palace de Madrid. A la derecha, el hotel de la Playa, en La Pobla de Farnals (Valencia), del sello Rusticae. Dos ejemplos de hoteles que apuestan por invertir en las camas.

La doble perfecta

» ELECCIÓN: canapé tapizado, colchón de muelle embolsado y almohada de fibra hueca siliconada con una altura media y doble funda.

» CONSERVACIÓN: los colchones deben ser aspirados, volteados y desparasitados al menos dos veces al año. No se deben usar fundas plásticas.

» RENOVACIÓN: en los hoteles los sistemas de descanso han de renovarse cada 4 o 5 años (cada 10 en el ámbito doméstico). Su precio de coste no debe bajar de los 600 euros.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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