Del 'azulito' al sokonusko

"Sentimientos, recuerdos y realidades de Bilbao". Es lo que el periodista y pintor Tomás Ondarra (Bilbao, 1963), redactor jefe de Infografía de El PAÍS, ha querido reunir en una exposición que repasa el alma de la villa, que recorre su historia cotidiana. La muestra De Bilbao de toda la vida amplía otra del mismo nombre que Ondarra ya presentó a la capital vizcaína en 2006. Ahora, además, ha cerrado el círculo con la edición de un libro, editado por BBK, que recopila 80 láminas infográficas. Los textos que acompañan las imágenes son del periodista Jon Uriarte.

Esta obra, que combina arte e historia, "no dejará a nadie indiferente", tal y como señaló ayer María Ángeles Egaña, consejera delegada del centro cultural de la Alhóndiga, en cuyo atrio se ubica la exposición hasta el próximo 8 de enero. La entrada es libre.

"El público reirá y también podrá discutir", dice el jefe de infografía de EL PAÍS

La Loca de Arrikibar, La Otxoa y Boni, el barquillero, tienen su espacio

El recorrido sentimental creado por Ondarra da a probar al público el Agua de Bilbao - "la única agua fría que calienta"- y trae a la memoria a Alejandro, El Niño de la Prensa,- . Los más golosos pueden disfrutar de los bollos de mantequilla, los rusos, los pasteles de arroz y las carolinas, pasando por el turrón sokonusko. Entre los lugares más emblemáticos de la villa, a los que se puede llegar en el autobús azulito, figuran el Parque de los Patos, San Mamés o la basílica de Begoña. La Loca de Arrikibar, La Otxoa y Boni, el barquillero, son algunos de los personajes que viven en la memoria de todo bilbaíno.

"Somos tan chirenes que tenemos nuestro propio alfabeto y la ciudad tiene su color. No hay rojo Nueva York, pero sí azul Bilbao", señalaba ayer Uriarte. Este guiño al corazón del bilbaíno es, en opinión de Ondarra, una excusa para que los visitantes puedan "reír" y también, por qué no, "discutir". "Seguro que alguien me saca una fecha mal puesta o me afea haber olvidado alguna cosa", dijo el periodista bilbaíno.

Cada lámina "tiene vida propia" y no necesita de otras para ser entendida. Algunas concretan las medidas de los objetos, como las de las baldosas de Bilbao, que miden 15 x 15 centímetros y pesan 200 gramos. Su grosor es de dos centímetros. "Pensadas para todos los bilbaínos", Ondarra no descarta continuar la saga de láminas porque, tal y como señaló, de cada una de ellas, "salen varias más". "Bilbao es eterno y se expande. Este es el principio de una larga y eterna conversación", abundó Uriarte.

A la presentación de la muestra acudieron destacadas personalidades de la sociedad bilbaína, como el exjugador y entrenador de fútbol Javier Clemente o el contador del Athletic, Alberto Uribe-Echevarria. Una degustación de uno de los dulces más clásicos de la capital vizcaína, las carolinas, puso fin al evento.

La exposición se inaugura hoy (19.30) en el atrio de la Alhóndiga.