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Urkullu se garantiza la estabilidad política en la futura ejecutiva del PNV

Las bases encumbran en Álava a una militante crítica con Gerenabarrena

Consolidada la continuidad de Iñigo Urkullu al frente del PNV, tras no encontrar rival en el proceso interno, el presidente parece tener encarrilada también la estabilidad política en la nueva ejecutiva que saldrá de la Asamblea General, que el partido celebrará del 13 al 15 de enero en el BEC de Barakaldo. La afinidad del sector vizcaíno, mayoritario entre los nacionalistas, garantiza la prevalencia del discurso moderado sobre el que abandera la línea soberanista que encabeza el máximo responsable en Gipuzkoa, Joseba Egibar. La tensión entre ambas almas ha sido evidente y pública en los últimos días, sobre todo a raíz de los resultados del 20-N.

Aunque sin culminar aún el recuento de los votos emitidos por las bases, Urkullu parece tener asegurada una mayoritaria afinidad en la futura ejecutiva. La clave radicaba en el bastión vizcaíno, donde solo cinco candidatos optaban a formar parte de los ocho cargos del Euskadi Buru Batzar (EBB) que se elegirán en enero. Tantos como puestos le corresponden, por número de afiliados y tradición, al territorio vasco más poblado. Y todos alineados con el discurso moderado: los actuales burukides Joseba Aurrekoetxea e Iñaki Goikoetxeta, junto a las incorporaciones de Koldo Mediavilla, Lorea Bilbao y Nekane Alonso.

Las designaciones tendrán que esperar a la Asamblea General de enero
Solo cuatro de los ocho cargos que se renuevan quedarían en idénticas manos

La estrategia vizcaína de limitar el número de candidatos a los puestos que la tradición asigna a cada territorio contrasta con la polémica surgida en Gipuzkoa, donde la ejecutiva territorial optó por abanderar una plancha soberanista que incluía a seis cargos afines a Egibar y descartaba a los críticos, pese a que solo dos plazas del EBB reserva para esta provincia la regla no escrita de reparto. A falta de confirmación oficial cuando concluyan los recuentos, todo apunta a que podrían repetir en la ejecutiva nacionalista los actuales burukides Aitor Olaizola e Irune Berasaluze.

Cumplidos los pronósticos en Bizkaia y Gipuzkoa, el vuelco se ha producido en Álava, donde la división interna del partido propició la concurrencia de 12 candidatos para una única plaza, que es la que acostumbra a reservarse al territorio vasco menos poblado. Las bases han encumbrado como aspirante con mayor número de votos a Pilar García de Salazar, secretaria del exlehendakari José Antonio Ardanza y vinculada al sector crítico con el líder del PNV en la provincia, Iñaki Gerenebarrena.

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Aunque fiables como opciones, las designaciones no se confirmarán hasta la Asamblea General de enero. Será entonces cuando se procederá a la reelección de Urkullu y al nombramiento de los otros ochos miembros de la ejecutiva peneuvista que eligen las bases. Los cinco restantes se corresponden con los presidentes de las direcciones territoriales de Bizkaia, Gipuzkoa, Álava, Navarra e Iparralde. La renovación de estos últimos se abordará tras el cónclave del BEC, durante la primera mitad de 2012. Es previsible que se reproduzcan entonces las tensiones internas que se han evidenciado estos días.

Al cruce de declaraciones contribuyó ayer el propio Urkullu, al revelar que el presidente del partido "es perfectamente elegible" también como candidato a lehendakari, un debate que sucederá al de la renovación de las ejecutivas territoriales. Quiso dar respuesta así a Egibar, que el miércoles había advertido sobre la "incompatibilidad" de compaginar un cargo orgánico y otro institucional de tanta responsabilidad. "Una cosa es ser elegible y otra distinta son las incompatibilidades sobrevenidas, sobre las cuales se procede solo tras ser elegido", matizó el líder peneuvista.

Urkullu descartó, no obstante, tomar partido en la polémica. Tras recordar que ocupa el cargo de presidente, que a su juicio supone "el máximo orgullo" para cualquier afiliado, insistió en que el PNV está ante un proceso interno. "Lo respeto y no me voy a pronunciar", advirtió. "Sobre las candidaturas a lehendakari, a partir del 15 de enero".

Nuevos retos en el Congreso

Más allá de la renovación orgánica, ayer fue un día importante también para el PNV en su versión institucional. El presidente, Iñigo Urkullu, mantuvo en Sabin Etxea la última reunión de trabajo con los nueve diputados y senadores del partido antes de que estos recojan sus acreditaciones en Madrid. Fue un encuentro en el que se definieron los objetivos para la presente legislatura, una vez conocida la mayoría absoluta que tendrá el PP. "Tenemos ante nosotros un nuevo futuro para Euskadi y queremos trabajar las oportunidades que se nos presentan", explicó el líder peneuvista tras el encuentro celebrado en Sabin Etxea.

Urkullu planteó que la paz en Euskadi es un reto "urgente", pero que se debe trabajar "sin urgencias". Por eso situó como primer objetivo cronológico la adopción de medidas contra la crisis económica. En este sentido, reclamó un gran pacto por la recuperación económica y el empleo que presentó como "imprescindible". "No hay ningún impedimento para comenzar ya a trabajar de forma conjunta en la adopción de las medidas que puedan generar confianza y relanzar la economía", proclamó.

A más largo plazo situó el presidente peneuvista la pretensión de alcanzar mayores cotas de autogobierno y un nuevo estatus político para Euskadi. Un reto que durante la campaña se planteó para el final de la legislatura que ahora comienza, pero que se antoja poco menos que imposible ante la mayoría absoluta de los populares en el Congreso. No por eso renunció Urkullu al objetivo. "Las últimas elecciones generales han vuelto a constatar que Euskadi es plural y que las realidades española y vasca son distintas", justificó, arropado por los diputados y senadores del partido, antes de escudarse en que "sin violencia, en democracia y libertad, todos los proyectos políticos son ahora posibles".

El máximo representante nacionalista admitió que el recorrido para un nuevo estatus político debe comenzar en Euskadi, si bien matizó que "también es importante despejar el horizonte en Madrid". En este sentido, abogó por conseguirlo "mediante el entendimiento y no desde la exclusión".

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