Peces-Barba II: la ignorancia continúa
Cuando, semanas atrás, los exabruptos proferidos desde Cádiz por Gregorio Peces-Barba a propósito de la relación histórica Cataluña-España suscitaron aquí la lógica marejada, uno de esos articulistas barceloneses especializados en el cultivo del autoodio y en dar siempre la razón a la metrópoli corrió a presentar excusas públicas a su "querido Gregorio" y a cargar las culpas del incidente a la desmesura, la hosquedad y el victimismo de la Cataluña nacionalista.
Bien, pues tal vez el destinatario de esas excusas las interpretó como una patente de corso, porque ha vuelto a las andadas. El pasado lunes, en la extensa entrevista concedida a un medio digital, el presunto padre de la Constitución hizo otro alarde de sus fobias identitarias e ideológicas; por ejemplo, cuando sugirió ampliar de 350 a 400 el número de diputados del Congreso y "disminuir con esa inyección de escaños la influencia nefasta (sic) de los nacionalismos que sacan siempre partido del sistema actual". O cuando tachó al Frente Polisario, "que ahora parece muy respetable", de "grupo terrorista" allá por 1975. De lo cual se infiere que nuestro afamado jurista ignora en qué ha consistido el proceso histórico de la descolonización, desconoce el derecho de autodeterminación de los pueblos... incluso en el Tercer Mundo y halla incomprensible que los saharauis quisieran un día emanciparse de la tutela española. Todo un autorretrato.
El fascismo hizo sobre Barcelona el ensayo general de sus futuras hazañas aéreas en Varsovia, Rotterdam, Coventry o Londres
Pero la ignorancia del ilustre catedrático alcanza lo sublime desde el momento en que, a instancias del entrevistador, reincide en hablar de Cataluña y trata de justificar sus polémicas declaraciones gaditanas del pasado octubre. El problema -asegura- fue "que todos estos sectores radicales" (se refiere sin duda al 80% de la representación parlamentaria catalana) tienen "muy poco sentido del humor". En todo caso -sentencia-, Cataluña nunca será independiente. Y "luego estuvo lo del escándalo de los bombardeos. Hubo que bombardear muchas veces Barcelona, la última en el año 34. ¿Y por qué el general Batet hizo aquello? Pues porque la Generalitat había proclamado la república catalana dentro de una federación ibérica que se habían inventado".
Es difícil concentrar más disparates en cuatro líneas y, desde luego, de hallarlos en un examen de primer curso universitario, el suspenso sería inapelable. ¿Que el último bombardeo de Barcelona fue el año 1934? Para empezar, la madrugada del 6 al 7 de octubre de ese año no hubo bombardeo alguno; apenas unos cuantos cañonazos contra el Centro Autonomista de Dependientes del Comercio y de la Industria (CADCI) y contra la fachada del palacio de la Generalitat para forzar su rendición, que se obtuvo bien pronto. Y ojalá esa acción militar hubiera sido la última con armas pesadas ejecutada en la capital catalana. Para desgracia de los barceloneses y del derecho de gentes, todavía estaba por llegar el trágico bienio 1937-1938, cuando el fascismo hizo sobre Barcelona el ensayo general de sus futuras hazañas aéreas en Varsovia, Rotterdam, Coventry o Londres. Al parecer, don Gregorio no tiene noticia de ello.
Por otra parte, en octubre de 1934 la Generalitat no había proclamado ninguna república catalana ni inventado la más mínima confederación ibérica. Lo que Companys proclamó fue "l'Estat Català de la República Federal Espanyola", y ello en el marco de un discurso empapado de referencias a "las fuerzas auténticamente republicanas de España", "los hermanos que, en las tierras hispanas, luchan hasta morir", "las esencias de la República" y otras efusiones españolistas. Entre los coetáneos, sólo la ultraderecha (José Antonio Primo de Rivera, por ejemplo) interpretaron lo ocurrido como una intentona separatista. La ultraderecha de entonces y el Peces-Barba de ahora...
Algunas apostillas finales. Una: el verborreico prócer sostiene que su "relación con Cataluña es muy buena"; pues menos mal. Dos: el medio al que hizo estas últimas declaraciones se llama Diario Progresista, ¡acabáramos! Y tres: como hombre de partido, don Gregorio sostiene que "los que piensen que el PSOE está enterrado están muy equivocados". Con lo cual, vistos su rigor intelectual y su finezza analítica, en Ferraz ya deben de andar quemando los archivos.
Joan B. Culla i Clarà es historiador.
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