Discriminación por edad

Se está planteando ahora respecto de la dirección futura del PSOE, pero es un hecho que se repite. Se busca un líder, sólido, con ideas, de oratoria brillante, alguien que sin renunciar al pasado mire hacia adelante, integrador y dialogante, que sea bien percibido por el público, y que sea joven. Sobre todo esto último, que sea joven es un requisito indispensable. Como si una persona de 60 o más años no pudiera tener madera de líder, ni ideas, ni fuera locuaz, ni tuviera capacidad de trabajo para construir el mañana, ni pudiera ser generador de consensos, ni poseer gancho mediático.

Cuando se habla de discriminación se suele aplicar en cuanto a sexo, raza o religión, pero nunca en cuanto a la edad. España demuestra permanentemente en la vida diaria que la edad se utiliza para discriminar a los que rebasan un límite de años que nadie sabe ni quién lo pone ni cómo se establece, y sucede en todos los ámbitos, en el laboral, en el social, en el empresarial, y en el político que es quizá el reflejo de todos los demás. Solo en el ámbito cultural e intelectual la edad no importa.

El hecho es que un colectivo extenso de personas preparadas, con ilusiones, con experiencia, con deseos de aportar, es apeado de malas maneras de la posibilidad de participar activamente en la construcción de ese futuro, son viejos sin serlo, no tienen alternativa a ese desprecio ciudadano, son inútiles para la sociedad. Es todo un despropósito. En el resto del mundo esto no sucede, o no con tanta perseverancia y arrogancia desde la sociedad activa. En esto también España es diferente.