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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La resaca nacionalista

Los resultados electorales casi nunca ofrecen dudas, pero las interpretaciones que se hacen de ellos llegan a suscitarlas porque en la mayoría de los casos se hacen desde los prejuicios y tienen intencionalidades muy diversas. Las del 20-N no han sido una excepción en este sentido, de tal modo que la victoria del PP ha sido tan contundente como lo ha sido la derrota del PSOE. Cabe interpretar las razones que han conducido a los votantes del PSOE a quedarse en casa o, a un puñado largo de ellos, a votar a opciones más izquierdistas, mientras los del PP han acudido en masa. Los líderes políticos, sin excepción, repiten rutinariamente sus estrategias consistentes en intentar minimizar sus responsabilidades en caso de derrota, y mostrar cierta discreción y prudencia cuando se trata de airear sus éxitos. Pero, eso sí, se trata de mostrar una fuerza de ánimo, en la derrota o en la victoria, que les convierta en impertérritos.

Vamos a ver cómo los nacionalismos del PNV y Amaiur se retroalimentarán cada vez que les venga bien

No obstante aparecen siempre cuestiones que, no siendo las que conciernen al proceso electoral se convierten en esenciales. Como no hay mal que por bien no venga el nacionalismo democrático del PNV ha aprovechado los resultados electorales para plantear dos cuestiones difíciles de digerir. La euforia desmedida, mezclada con el efecto enloquecedor que siempre deriva del miedo a duras penas superado, les ha llevado a proclamar que "España es España y Euskadi es Euskadi", lo cual casa a regañadientes con su grito "Euskadi is diferent". Y a certificar que "hay una mayoría nítida nacionalista", aludiendo a una posible coincidencia de objetivos entre PNV y Amaiur. Muy absurdo todo ello porque la nitidez de que hablan se muestra demasiado difusa en ese 51% de votos que suman ambos en la Comunidad Autónoma, porcentaje que baja por debajo del 40% de los votantes posibles si tenemos en cuenta que la abstención llegó al 30,80%, de modo que el voto considerado nacionalista, -siempre que los abertzales acepten ser considerados de ese modo-, fue del 51% del casi 70% de los vascos y vascas con derecho a voto. El resto de los votos emitidos fue a formaciones no nacionalistas. Es decir que para demostrar esa nitidez que esgrimen meten en su zurrón también a los nulos, los blancos y los abstencionistas.

Encadenado a esto cabe censurar a los líderes del PNV, -que son los que me preocupan cuando reflexiono desde una visión intelectual-, que acepten la coincidencia en el fin independentista con los "recientes demócratas" de la izquierda abertzale. Si así es, ¿por qué no lo dijeren en su propaganda y programa electoral? Ni el PNV ni Amaiur se han privado de resaltar que van a ser dos las voces vascas en Madrid, refiriéndose a ellos dos, a pesar de que luego se hayan desacreditado mutuamente como voces poco o nada autorizadas en el Congreso de los Diputados, sea por las formas de intervenir, por los métodos usados o por el fondo de las cuestiones: el PNV ha sido tachado de oportunista y demasiado posibilista por Amaiur, que ha sido tachado de ineficaz, inconstante y excesivamente radical por el PNV. Desde mi convencimiento inequívoco del carácter democrático del PNV, no dudo en afirmar que el nuevo futuro sin ETA nos va a dejar ver como los nacionalismos del PNV y Amaiur se retroalimentarán cada vez que les venga bien.

La segunda cuestión, surgida también de las interpretaciones de los resultados, ha sido la petición de elecciones anticipadas en Euskadi. Ha dicho Urkullu que, dado que desde el último mes de mayo (elecciones municipales y forales), hay nuevas formaciones políticas en el mosaico político vasco (Bildu y Amaiur), que no estaban presentes cuando Patxi López fue elegido Lehendakari, éste debería convocar elecciones autonómicas ya. A veces las urgencias muestran la excesiva codicia de los contendientes. Sería demasiado absurdo que las componendas que permitieron integrar a la izquierda abertzale ilegalizada en una coalición junto a EA y Alternatiba (Bildu), -posteriormente completada con Aralar para hacer Amaiur-, se llevaran por delante el comportamiento democrático y ordenado de todos los demás. No solo Bildu o Amaiur han sido compuestas en los últimos tiempos; igualmente han surgido otras formaciones (Ecquo, FAC) que han concurrido a las elecciones cuando han sido convocadas cuando quienes tenían la facultad de hacerlo lo han decidido. Los votantes de la izquierda abertzale han sido convocados a votar cada vez que lo hemos sido los demás. Si no encontraron a quién votar fue porque querían votar a formaciones ilegales y, lo que es peor, éticamente perversas, capaces de apoyar el terrorismo y vocear frases tan procaces como "ETA, mátalos", o pintar dianas amedrentadoras sobre nombres inocentes, u homenajear a asesinos. Por eso, no comprendo que los líderes del PNV usen esa razón tan peregrina para pedir adelanto electoral.

En todo caso la situación vasca, ahora que se atisba la paz, no precisa movimientos extraños. La crisis no nos ha atacado con la beligerancia de otros lugares de España y Europa. El Gobierno de Patxi López está respondiendo con suficiencia a todos los desafíos a los que se enfrenta, más aún, ha auspiciado debates importantes que requieren continuidad, como la revisión de la fiscalidad o la depuración de la duplicidad de funciones en las instituciones vascas. Las relaciones con el PP vasco, fundamentadas también en la compatibilidad de caracteres de López y Basagoiti, auguran que el futuro del Gobierno vasco goza de buena salud, y sólo un percance imprevisto puede hacerle peligrar. Y por si fuera poco, ha de ser Patxi López quien convoque las elecciones cuando le parezca oportuno, porque le asiste la ley y le obligarán las competencias que tiene asignadas como Lehendakari.

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Está en su derecho el Sr. Urkullu de pedir un anticipo electoral, pero hará muy bien Patxi López en no tener en cuenta su solicitud, que más bien responde a electoralismo o al complejo que le asiste frente a la izquierda abertzale, que es pájaro que pone sus huevos, como el cuclillo, en los nidos de otras aves, generalmente menos fornidas y exigentes.

Josu Montalbán es diputado en el PSE por Bizkaia.

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