El mañana sostenible de Danica
El pasado 31 de octubre, en el hospital José Fabela, de Manila, nació Danica, el habitante 7.000 millones de nuestro planeta. La ONU ya había avisado semanas antes de este acontecimiento y solo faltaba por saber quién se haría con este honor. Más allá de la felicidad de sus padres, el nacimiento de Danica ha reabierto un interesante debate sobre el futuro de la humanidad. ¿Es sostenible el crecimiento que vivimos? ¿Habrá recursos suficientes para todos? Opiniones hay muchas y variopintas, pero lo que es evidente es que el tiempo pasa y la población no deja de crecer. De hecho, a finales del siglo XX la población mundial ascendía a 6.000 millones, y se espera que en 2050 alcance los 9.000 millones. Según los datos de diversos estudios, en la actualidad la población mundial consume los recursos naturales de forma más rápida que los que la Tierra puede generar. Si el ritmo de crecimiento de la población y consumo se mantuviera, en 2050 las necesidades de materias primas se duplicarían, al igual que el consumo energético y las emisiones de CO2. Para entonces, necesitaríamos dos planetas, pero, lamentablemente, solo tendremos uno.
Hay que buscar nuevas fórmulas de financiación desarrolladas a medida para cada ciudad La protección del clima es un negocio que permite reactivar la economía de manera sostenible
De entre todos los datos que han rodeado el nacimiento de esta niña, hay uno que sobresale por encima del resto: Danica ha nacido en una ciudad. Manila, con una población de 11,6 millones de habitantes, es el principal motor económico de la economía de Filipinas, ya que aporta el 37% de su PIB. No es un dato extraño. En la actualidad, las ciudades se han convertido en polos de atracción de la población -ya acogen más del 50% de la población mundial- y son los principales motores económicos de la economía mundial -el 20% del PIB mundial es generado por las 10 ciudades más importantes del mundo-. En Asia, la población de las ciudades crece a un ritmo de 10.000 habitantes diarios, y se espera que en 2050 el 75% de la población viva en ciudades.
Por un lado, las ciudades atraen a personas con la promesa de trabajo, educación y mejores sistemas sanitarios. Por otro lado, sus habitantes han de hacer frente a problemas derivados del tráfico, la falta de espacio, la contaminación o el ruido. Para mejorar la calidad de vida de las ciudades se necesita, entre otras soluciones, un transporte público más eficiente, edificios sostenibles y redes de suministro de energía adecuadas, que reduzcan las emisiones de CO2 y garanticen un consumo energético más eficiente, ya que las ciudades generan el 80% de las emisiones y consumen el 75% de la energía mundial.
Todas las ciudades del mundo se enfrentan a retos muy importantes derivados no solo del crecimiento de la población, sino también de su envejecimiento. Alrededor de 550 millones de personas tienen más de 65 años, y se espera que la cifra se triplique en 2050. De hecho, si en la actualidad la atención de este grupo supone el 40% de los presupuestos de sanidad, es previsible que este porcentaje se incremente de forma exponencial en los próximos años. En este sentido, los sistemas sanitarios solo serán sostenibles si los ciudadanos son capaces de vivir sanos y de forma independiente por mucho más tiempo que ahora, por lo que las medidas de prevención serán tan importantes como los sistemas de detección precoz de patologías cardiovasculares, cáncer y alzhéimer. Siemens lo sabe y es la única compañía que tiene totalmente integradas las últimas soluciones de diagnóstico in vivo e in vitro.
La buena noticia ante todos estos problemas es que ya hay una solución, aunque es necesario dar un paso adelante y afrontarlos. Las dificultades a las que se enfrente Danica en 2050 han de empezar a analizarse en la actualidad y anticiparse a ellas contando con la opinión no solo de los políticos, sino también de urbanistas, tecnólogos o expertos demográficos para ayudar a crear ciudades más adaptadas a las necesidades de todos.
Algunas de las principales ciudades del planeta ya lo han hecho y trabajan para garantizar su crecimiento mientras protegen el medio ambiente. Londres, por ejemplo, quiere reducir sus emisiones de CO2 un 60% en 2025. La capital de Dinamarca, Copenhague, espera convertirse en una ciudad sin emisiones en 2025, y Múnich quiere producir suficiente energía verde para cubrir las necesidades de los hogares en 2014 y las de toda la ciudad en 2025.
Ninguno de estos objetivos es una utopía. El consumo energético y las emisiones de CO2 ya pueden reducirse de manera drástica con las tecnologías actuales. Los edificios, por ejemplo, utilizan aproximadamente el 40% de la energía mundial. Si se integran sistemas inteligentes de iluminación, datos, clima y seguridad, se puede reducir este consumo hasta en un 40%.
Otro de los grandes problemas de las ciudades es el tráfico. En Halle (Alemania), más del 50% de los conductores se han cambiado al tranvía desde que se ha introducido un nuevo concepto de tráfico intermodal. Unas pantallas informan a los conductores de la situación del tráfico, las plazas de aparcamiento libres y los horarios de salida del tranvía. La principal consecuencia es que se ha optimizado la circulación y ha hecho más atractivo el uso del transporte público.
Un estudio de Booz Allen Hamilton estima que las inversiones mundiales para el desarrollo y la expansión de las vías y los enlaces ferroviarios, las redes de comunicación, los suministros de agua y energía serán de unos 30 billones de euros en los próximos 20 años.
Se trata de una factura muy importante, y más en una situación económica tan complicada como la que vivimos, por lo que es necesario buscar nuevas fórmulas de financiación desarrolladas a medida de las necesidades de cada ciudad. Siemens ha desarrollado un planteamiento simple y práctico para cubrir las inversiones necesarias, que permite a las ciudades reducir sus costes energéticos y modernizar sus edificios sin ningún coste. El cliente financia sus necesidades tecnológicas con el ahorro en energía y gestionando los costes. La inversión se elimina a través de un ahorro garantizado por contrato. Siemens es el único proveedor del mercado que puede ofrecer todas las tecnologías necesarias para ahorrar energía, desde los sistemas de automatización de los edificios, la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado hasta redes de distribución de energía de baja tensión e iluminación, todo por parte de un solo proveedor.
Por otro lado, los acuerdos de colaboración público-privados serán cada vez más importantes y una forma de financiar infraestructuras que requieran grandes inversiones como las de transporte o sanidad.
Estos datos arrojan una conclusión: la protección del clima es positiva para todos. Además, es un buen negocio que permite reactivar la economía de forma sostenible. En Siemens hemos calculado que el mercado de las infraestructuras urbanas representa un total de unos 300.000 millones de euros al año. Nuestro objetivo es formar parte de este mercado y crecer con él. Para conseguirlo, tenemos un equipo dedicado únicamente a la investigación de la tecnología necesaria para mejorar las infraestructuras y las ciudades con el que ofrecemos las soluciones globales más innovadoras y sostenibles para los Ayuntamientos, servicios comunitarios o autoridades de transportes, entre otros.
Solo las ciudades que sean capaces de anticiparse a las necesidades futuras de sus habitantes ocuparán los primeros puestos en los rankings de las mejores ciudades para vivir y tendrán un papel vital en el desarrollo económico mundial, lo que significa una mayor calidad de vida y oportunidades de desarrollo para sus ciudadanos. No debemos privar a nuestros hijos de la posibilidad de vivir en un mundo mejor. De momento, Manila no ocupa un puesto preferente, pero seguro que esta situación puede cambiar en cualquier momento. Danica se merece contar con todas las posibilidades del mundo y tener una vida feliz. Suerte, Danica.
Rosa García es consejera delegada de Siemens España.
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