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El nuevo testigo refuerza la tesis del fiscal del 'caso Marta' contra Delgado

El taxista está seguro de que trasladó al hermano de Carcaño la noche del crimen

Javier Martín-Arroyo

Una certeza "del 100%". El testigo sorpresa del caso Marta, un taxista que casi tres años después compareció en comisaría hace 10 días para relatar que trasladó al acusado Javier Delgado hasta su domicilio la noche del crimen, reconoció ayer en el juicio al imputado con una seguridad "del 100%", según indicó al tribunal.

El taxista señaló con una retentiva deslumbrante detalles del hermano de Miguel Carcaño y el recorrido que supuestamente realizaron juntos hace ya casi tres años la noche del crimen, entre las 0.15 y las 0.30, una franja horaria en la que Delgado afirma haber estado trabajando en su local de copas. El trayecto que indicó el taxista coincide con la ubicación del bar de Delgado y la calle León XIII, donde ocurrió el crimen de Marta. La fiscalía acusa a Delgado de encubrir el crimen y este testimonio refuerza su acusación y le dejaría sin coartada en caso de que el tribunal lo estimara verídico.

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"Me acuerdo de que estaba bien pelado al estilo militar. Pelo canoso y barba. Iba vestido de oscuro y con una chaqueta con doble bolsillo. Llevaba una bolsa de plástico con botellas (...) Tenía una voz muy ronca, una verruga, y me miraba muy profundamente", detalló ayer durante su comparecencia. Además, el testigo indicó que las botellas se volcaron durante el trayecto, que la carrera costó ocho euros, que Delgado llevaba una pulsera de cuero y que el taxi paró frente a la casa del imputado. "Dejé a este señor y al día siguiente señalaron la calle León XIII", explicó a los magistrados.

El taxista, Francisco José A., explicó que debido a la muerte de un compañero, en aquel tiempo se fijaba mucho en los clientes que trasladaba de noche.

Ante las preguntas de los abogados defensores sobre la fecha exacta del traslado, el testigo replicó: "Estoy segurísimo de que no vi a Delgado otro día". El taxista explicó que Delgado le dijo al concluir la carrera: "No, déjelo . Buen servicio, buenas noches".

Para explicar por qué esperó casi tres años para denunciar los hechos, el taxista alegó que su mujer le recordó que al estar detenido, la policía contaría con suficientes pruebas en su contra. "Me estaba sintiendo mal por no contarlo. Necesitaba desahogarme (...) Al hombre le he llevado, le he llevado, le he llevado", repitió con insistencia. El taxista añadió que en la calle esa noche había un coche aparcado en segunda fila con el motor apagado, vehículo que podría haber sido utilizado para el traslado del cuerpo de Marta. A continuación, su esposa ratificó el testimonio del taxista y explicó entre lágrimas que le retuvo porque sentía "temor por él y por nosotros (...) Mi marido cada vez me daba más detalles sobre la ropa y cómo era", contó. "Se fijó en muchísimas cosas y me daba detalles. Yo le decía que tenía temor por él y por nosotros". Ante ambos testimonios, la defensa de Delgado presentó un incidente de nulidad de las actuaciones y el abogado de Samuel Benítez pidió sin éxito la suspensión de la declaración. "Lo que está acordado, está acordado", zanjó el tribunal.

Tras la pareja, declararon como testigos cuatro agentes de la Policía Científica, entre ellos el jefe del laboratorio de ADN de Sevilla. Los policías señalaron que hallaron tres manchas de sangre en el chaquetón de Carcaño, así como una mezcla de perfiles genéticos de Miguel y Marta en la empuñadura de la silla de ruedas.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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