Papeletas por los suelos y votantes vestidos de payasos
Algunas bromas y pequeños sabotajes en un día en que reinó la tranquilidad
La tranquilidad reinó en general en la jornada electoral de ayer en Madrid. Aunque sí hubo pequeños incidentes en un día en que estaban llamados a votar más de 4,6 millones de electores en 6.528 mesas repartidas por toda la región. Las papeletas protagonizaron algunos problemas y obligaron a suspender incluso la votación de manera temporal en algunos centros.
Los colegios amanecieron sin problemas. Tan solo en un centro de Bustarviejo (2.100 habitantes), habían colocado clavos en la entrada principal. Eso motivó que los integrantes de las mesas tuvieran que acceder por otras puertas. Como el problema no pudo ser subsanado, los electores también entraron a votar por esa misma puerta.
Dos colegios de la capital, la Asunción y Madre de la Divina Pastora, tenían sendas pintadas en las que se llamaba a los electores a que no participaran. Se podía leer: "No les votes".
En un colegio de Rivas Vaciamadrid (70.800 habitantes), las papeletas de IU -partido que gobierna en el Ayuntamiento- estaban tiradas por el suelo. Este incidente no pasó a mayores ya que de inmediato fueron repuestas y la votación pudo comenzar a su hora, a las nueve de la mañana.
En dos colegios de la región se demoró algún tiempo la apertura de las puertas a los presidentes y vocales de las mesas porque los conserjes encargados de abrirlo se durmieron.
Las papeletas también trajeron de cabeza a una formación minoritaria, Escaños en Blanco. En el colegio María Inmaculada (Chamberí) tuvo que paralizarse la votación 20 minutos por la mañana porque no había papeletas de esta formación. La actividad se retomó cuando se encontraron en unas cajas. Igual ocurrió en el colegio electoral Escuela Profesional Padre Piquer (Tetuán), donde a la una de la tarde no había papeles para votar a la formación.
Tampoco faltaron las bromas de mal gusto que se tradujeron en problemas para el normal desarrollo de la jornada. Una llamada anónima alertó a las 12.45 de que habían colocado un artefacto explosivo en el colegio de los Sagrados Corazones (Centro). Esto obligó a desalojarlo y comprobar que no había ocurrido nada.
También hubo quien vendió su voto, según informa la agencia Efe. Un camarero llamado Rómulo aseguró que había contactado con un hombre en la plaza de España que le pagó 100 euros por votar a un determinado partido. Eso sí, no dio ni datos de ese rarísimo cliente ni el partido al que apoyó. "El voto sigue siendo secreto", argumentó el camarero. Lo que tampoco quedó claro es si sabe que su venta puede acarrearle una multa de entre 180 y 1.800 euros.
Más simpáticos fueron los seis integrantes de un grupo que acudieron disfrazados de payasos al colegio Nuestra Señora de la Paloma (distrito de Centro). Ante esta eventualidad, el presidente de la mesa requirió la presencia de la policía, de forma que se identificara a los electores. Lo hicieron sin problemas y al final pudieron depositar las papeletas en la urna. También hubo quien acudió con un plato de chorizo a votar.
Los servicios de emergencia tuvieron una jornada tranquila. En Getafe (169.130 vecinos), una mujer tuvo que recibir asistencia sanitaria tras sufrir un desvanecimiento mientras iba a votar a su colegio electoral. En la capital, el SAMUR tuvo unas 15 intervenciones por mareos y cortes. El cierre de las urnas y el posterior escrutinio concluyó sin sobresaltos. Como toda la jornada.
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