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En Cataluña sí hay partido

El PSC puede mantener el primer puesto pese al derrumbe general de los socialistas - El PP aspira a revolucionar el mapa político catalán si queda segundo

Miquel Noguer

El cava que desde ayer tiene en frío el Partido Popular de Cataluña servirá esta noche para algo más que brindar por el probable triunfo de Mariano Rajoy. Los populares catalanes esperan hacer un brindis para certificar el cambio de ciclo definitivo, si es que en política hay algo que pueda merecer este calificativo. Lo que de veras esperan celebrar es que han roto la hegemonía que tradicionalmente se han disputado los socialistas y Convergència i Unió y que a partir de ahora podrán tutearse con estos dos partidos. Pero ni los vencedores ni los perdedores tendrán mucho tiempo para celebrar o lamentar sus resultados. El cambio de ciclo, con un PSC vencedor pero seriamente debilitado, y una Convergència i Unió que puede ser superada por el PP, promete serios cambios en el tablero político.

CiU ha envuelto con épica los recortes sociales para evitar el castigo

Si los socialistas consiguen hacer buenos todos los pronósticos y ganar en Cataluña pese al hundimiento del partido en el conjunto de España, la batalla estará servida. El reto será cómo administrar una victoria en Cataluña mientras el PSOE es barrido en el resto de España. Nadie en el PSC espera que Carme Chacón repita el gesto de Narcís Serra en 2000, cuando nada más conocerse la mayoría absoluta de José María Aznar compareció eufórico ante la militancia para congratularse de la victoria del PSC en Cataluña. Chacón, miembro del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, no puede repetir un gesto que sentó como un tiro en el PSOE, menos aún si la hoy candidata quiere realmente aspirar a encabezar el socialismo español en el futuro.

Eso sí, el PSC se dispone a sacar pecho. Aguantar en Cataluña en un escenario de debacle general no es algo baladí y alguien, en caso de que no lo haga la propia candidata, tendrá que salir a valorarlo. De hecho, la propia Chacón ya se cuidó bien de dejar claro en su único mitin de campaña con Alfredo Pérez Rubalcaba que si alguien podía hacerle presidente, esta era "la Cataluña socialista".

Los movimientos internos en el PSC se desarrollarán en dos escenarios los próximos días. El primero es el congreso que los socialistas catalanes celebran el 16 y 17 de diciembre para elegir nuevo líder. El segundo es el papel que desempeñarán los socialistas catalanes en el congreso que celebrará el PSOE a comienzos del próximo año. Y Carme Chacón puede tener mucho que decir en ambos escenarios.

Los tres candidatos que hasta ahora se han postulado para sustituir a José Montilla al frente del PSC, Pere Navarro, Àngel Ros y Joan Ignasi Elena, esperan con fruición conocer si, finalmente, Miquel Iceta, viceprimer secretario del partido, da también el paso. De hacerlo, como han apuntado sus gestos de los últimos meses, tendría serias posibilidades de conseguirlo, eso sí, rivalizando con Navarro, alcalde de Terrassa, y hombre bien visto por las grandes federaciones del partido. Todos mantendrán también un ojo sobre los movimientos de Chacón, que no ha descartado también postularse a la espera de los resultados de hoy.

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En lo que sí hay unanimidad en las filas del PSC es en intentar aprovechar la debilidad en que puede quedar el PSOE para tener más influencia en el conjunto del socialismo español. Las bases abogan por que el PSC tense la cuerda y convenza al PSOE de que fue un error abandonar la vía federalista que José Luis Rodríguez Zapatero imprimió en su primera legislatura.

Convergència i Unió, con una campaña errática en la que no ha conseguido colocar en un lugar central su reivindicación del concierto económico, se pone a prueba tras un año en la Generalitat. Josep Antoni Duran Lleida ha hecho de tripas corazón y ha intentado que los recortes sociales que está aplicando el Gobierno de Artur Mas no solo no le pasen factura, sino que sirvan para convencer a su electorado más fiel de que CiU es una fuerza que no se arruga ante las dificultades.Pero el propio candidato admite que los recortes del Gobierno catalán le pasarán factura esta noche. Josep Antoni Duran Lleida, además, no cuenta con el apoyo unánime de los sectores más soberanistas de Convergència, que critican los recelos del candidato para abrazar directamente la idea el "derecho a decidir" que movió la campaña de Artur Mas en las autonómicas de hace un año. Todo ello, junto a un sector del electorado conservador que apoya sin ambages las políticas económicas del PP hace temer seriamente a CiU por la segunda plaza que siempre ha defendido en las elecciones generales.

Más allá del futuro político de Duran Lleida, están los problemas que le vienen encima al Gobierno catalán ante la probable victoria del PP por mayoría absoluta. Mariano Rajoy ya ha dejado claro que para él la demanda estrella de CiU, el concierto económico, es literatura a estas alturas de la crisis económica. Y que cuenta con las propuestas de los nacionalistas moderados para salir del bache, pero no para dar satisfacción a sus demandas en clave identitaria. Mas puede encontrarse, pues, en minoría en el Parlamento catalán y con el PP como único aliado posible. De ahí las llamadas a Esquerra Republicana para que se convierta en su aliado y la esperanza de que el PSC también quiera serlo después de su congreso.

Junto con los socialistas, Esquerra Republicana, el otro partido que salió chamuscado de la experiencia tripartita, se juega esta noche más de lo que unas generales suelen representar para un partido independentista. Mantener los resultados de 2008, tres diputados, significará una suerte de aprobado de los votantes a la operación de cambio de cúpula diseñada por Joan Puigcercós y que ha significado la llegada de Oriol Junqueras a la presidencia. Un descenso importante abriría de nuevo las luchas cainitas entre los sectores que ven la independencia como un medio y los que la ven como la única finalidad del partido.

Iniciativa acude más relajada. Ha apostado por la candidatura del sindicalista Joan Coscubiela en un intento de acentuar su perfil rojo por encima del verde. El objetivo es recuperar los electores que en su día se fugaron hacia el PSC para evitar las victorias del PP. La incógnita es saber cuántos de estos electores cambiarán hoy de papeleta y cuántos se quedarán en casa. La lluvia que se prevé en buena parte de Cataluña tampoco ayudará especialmente a salir de casa. Los ecosocialistas, en cualquier caso, esperan brindar hoy como no lo pudieron hacer hace cuatro años. Aunque el PP también lo haga.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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