Terelu y el pelotazo
El corazón tiene razones que la razón no entiende. La cita es de Pascal, el filósofo, para que luego digan que frivolizo. Lo que pasa es que antes había que ser Premio Nobel para escribir una línea en según qué medios y ahora hasta servidora tiene tribuna, yo qué culpa tengo. A lo que iba: las revistas tienen agenda propia. ¿Que empapelan al yernísimo Urdangarin por malversación de fondos? Qué es eso en comparación con el bautizo de la última Mohedano o el casoplón de Borja y Blanca en Suiza. Demasiado marrón para las revistas rosas. Solo Diez Minutos y Semana osan llevar el tema en primera. El resto se la cogen con papel de fumar en lo que respecta a la Corona, como tantos, y no miro a nadie.
No me extraña: como empiecen a tirar de la manta se quedan sin portadas. Ya sabemos desde Hans Christian Andersen, toma referencia culta, que los reyes están desnudos, pero otra cosa es que nos lo recuerde ¡Hola! Para eso ya está Interviú, pedazo de cover se ha marcado con Terelu como la Campos la trajo al mundo. Estará todo lo jamona de bellota que quieras, pero a los tíos les pone chotos, te lo juro. Mis compañeros heteros estaban ayer en plena berrea comiéndosela con los ojos, soy testiga, que diría Almodóvar. Van por la segunda edición en plena crisis del papel, eso sí que es un pelotazo, Iñaki es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Otra que salió a pecho descubierto fue Blanca Thyssen, née Cuesta, quién la ha visto y quién la ve. Antes no la sacabas de los microshorts y los macroescotes y ahora va casi con burka, ha debido de dictaminar su asesora de imagen que así queda más aristócrata. Menuda colección de jerséis de cuello alto saca en el reportaje con Borja, Sacha y Eric, los últimos hombres de su vida, que se sepa. Dicen que alguien ha amenazado a su suegra la baronesa con difundir un vídeo suyo -de Blanca- en actitud comprometida. Pero Tita está de buenas. Que acepta a Blanca como animal de compañía, declara en Semana.
Bueno, decir no dice tal cosa, se lo ha sacado la reportera con la vieja táctica de incluir el titular en la pregunta. "¿Aceptas a Blanca?", provoca la una. "Nunca he dicho que no la acepto", responde la otra. Me juego este tipo que le debo a la dieta Dukan a que Carmen no pronunció el nombre de su hija política en toda la charla. Ya lo dijo el otro día en este periódico: ella es Arte, así, con mayúsculas, y está por encima de urnas y papeletas. Bastante tiene con la suya propia.
En febrero caduca la cesión de sus cuadros al Estado, y con todo este lío del traspaso de poderes no sabe ni con quién tiene que hablar de lo suyo. Para mí que con la ministra Sinde no había buen rollo, a ver si el que venga se enrolla más aunque solo sea secretario de Estado. Pobre Tita, mucha mansión, mucho Rolls y mucho patrimonio, pero no gana para disgustos. Bien sabe ella que no se puede gustar a todo el mundo. "Si a Colón, con lo que fue Colón, le trató tan mal la historia, cómo me va a tratar a mí, que soy una chica de Barcelona", me dijo no hace ni dos años. Ánimo, Tita, tú puedes con todo, aunque a veces la vida se te haga Cuesta arriba.
Babelia
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