Ankara tiene la llave
El Gobierno de Erdogan endurece cada vez más su actitud
Turquía, antiguo aliado de Damasco, se ha convertido en la pieza clave para romper el complicado nudo gordiano sirio. Su situación geográfica y los lazos fluidos entre los actores implicados le han convertido en un Estado al que todos consultan.
A pesar de sus constantes críticas al régimen de Bachar el Assad, Turquía ha actuado con mesura. El ataque a sus legaciones diplomáticas en Alepo, el pasado fin de semana, y el recrudecimiento de la crisis han arrancado a Ankara las palabras más duras hasta la fecha.
El ministro de Economía turco, Taner Yildiz, anunció el martes la creación de una mesa que monitorizará a las empresas turcas en Siria, quizás la señal definitiva de que Ankara planea endurecer el cerco económico al país.
Ankara ya ha impuesto un embargo de armas sobre Siria y esta semana, la Confederación de Petróleo Turco (TPAO) anunció la suspensión de la explotación conjunta de seis pozos en Siria. Así mismo, Yildiz amenazó con cortar el suministro de energía al país si Damasco "continúa por el mismo camino".
Cerrar la ruta energética que se inauguró en 2006 sería una importante señal por parte de Ankara. El impacto real del corte sería, no obstante, limitado, ya que Siria produce más energía de la que consume y además posee conexiones con otros países como Jordania y Líbano. Sin embargo, de llevarse a cabo, subiría un par de grados la temperatura del contencioso entre ambos países.
Turquía ha sido cautelosa, más incluso que la UE y EE UU, a la hora de sancionar a Damasco debido a las posibles repercusiones, tanto domésticas como regionales. Siria es la vía para el comercio turco con los países del Golfo. Además, los intercambios entre los dos países ascienden a 2.500 millones de dólares anuales. El profesor Oytun Orhan, del Centro de Estudios Estratégicos para Oriente Medio, señala otros motivos más políticos que aconsejan prudencia: "Si se produce una libanización de Siria y el caos se extiende, podría llegar hasta Turquía y, por ejemplo, el PKK encontraría allí un ambiente propicio".
Turquía acoge a miles de sirios que huyen de la violencia así como a varios oficiales de alto rango que desertaron del Ejército y que coordinan desde suelo turco operaciones de insurgencia. Alberga, desde septiembre, al Consejo Nacional de Transición Sirio, la organización que agrupa a la mayor parte de la oposición.
El CNT solicitó el pasado domingo a Ankara la apertura de una delegación diplomática. Pero las implicaciones que esto supondría hacen prever que será difícil que obtenga la luz verde.
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