Concentración impresionista en Caixafòrum
Las 72 obras forman parte de la colección del norteamericano Sterling Clark
A Sterling Clark, militar, viajero y explorador por Oriente, le cambió la vida cuando viajó a París en 1910. Heredero de una inmensa fortuna creada a partir de las máquinas de coser Singer, descubrió, tras conocer a Francine, actriz de la Comédie-Française, a los pintores impresionistas. En 1916 adquieren Joven haciendo ganchillo, su primer renoir, comenzando a una de las mejores colecciones de este artista que existen en manos privadas. Durante 50 años, Clark y su esposa compran las obras que les gustan de este periodo haciendo oídos sordos a las feroces críticas que, por entonces, recibían los impresionistas. Es el caso de Muchacha dormida, de Renoir, comprada pese a los comentarios negativos que recibió desde 1880, entre los que destacaba que la joven representada era famosa por su mala vida y que en el cuadro estaba lleno de alusiones eróticas, como el gato dormido sobre el regazo de la muchacha, representación de su vello púbico. Todo un escándalo.
En 1955 el matrimonio inauguró la Sterling and Francine Clark Art Institute en Williamstown (Massachusetts), lejos de Nueva York, donde instala su colección. En ella también tienen cabida obras más academicistas como El encantador de serpientes, pintada en 1879 por Gérome y convertida en la representación de lo oriental desde entonces.
Concebida de forma cronológica, la exposición recorre las primeras obras que hablan del nuevo camino hacia el impresionismo y que se caracterizan por exaltar, como nunca, la naturaleza. Son los paisajes de Millet, Corot y, sobre todo, de Rousseau con Granjas en las Landas. También de la renovación de las naturalezas muertas, con las obras de Sisley, Manet y las Cebollas, de Renoir, uno de los cuadros menos característicos de este pintor, pero una de las obras preferidas de Sterling Clark, según Rand. Desnudos como Bañista rubia, de Renoir, y Desnudo sentado, de Bouguereau, dos espléndidos degas, con sus característicos temas: carreras de caballos y bailarinas y escenas de la vida cotidiana, entre ellos dos espléndidos cuadritos de Boldoni que invitan al espectador a inventar la historia, no escrita, que el pintor quiso representar. Cierran la exposición, abierta en Caixafòrum hasta febrero de 2012, varios retratos firmados por Touluse-Lautrec, Bonnard y Gauguin y dos autorretratos de Renoir separados por un cuarto de siglo, donde se aprecia, aparte de su envejecimiento, el cambio de técnica del pintor.
Barcelona es la única ciudad española donde se podrán ver estas obras, de gira entre 2008 y 2014 para ampliar la sede de la Clark. "Las obras no tienen jet lag, viajan en cajas", comentó Michael Monforti, director de la fundación americana.
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