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ELECCIONES 2011 | Los mítines

Los indignados persiguen a Esperanza Aguirre en su paseo electoral

"¿Queréis una foto? Vale, pero no piséis el boj". Esperanza Aguirre se hizo esperar ayer en el Obelisco de A Coruña -45 minutos de retraso- pero cuando hay tablas y ganas, el público se entrega. Tanto el candidato apoyado, Antonio Erias -que llevaba una hora en los Cantones, acompañado de cargos, militantes y equipo de campaña- como el alcalde, Carlos Negreira, o tres jóvenes que la esperaban para protestar, uno de ellos vestido de pollo y los otros dos con pancartas: "Indignados no, hasta los huevos" y "La educación necesita todo nuestro a-pollo". A estos se dirigió Aguirre con tanto ímpetu que los acorraló en los setos. "Yo inauguro una escuela cada semana", le espetó la presidenta de la comunidad de Madrid al joven disfrazado. "¿Una, grande y libre?", inquirió éste. "Una pública", le respondió Aguirre, para luego cortar: "Querido pollo, como no le voy a convencer...".

La ruta hasta el hotel donde estaba previsto un almuerzo con 400 personas fue un paseo triunfal, desde los señores que la animaban en lo político - "¡Dales caña, Esperanza!" - y en lo personal -"Señora, gana usted mucho al natural"-. En el trayecto, un pequeño rodeo por zonas peatonales, saludó desde a una mujer parapléjica que le confesó sus inquietudes sobre si tendría dificultades para votar -"nada, si no hay acceso para silla de ruedas, se saca la urna a la calle"- hasta a un colega de la aristocracia, Javier Ozores Marchesi, conde de Priegue. Nada más desembarcar del coche, había preguntado por la zona comercial. Siempre hace compras en las giras, según sus allegados, y en este caso buscaba un secador y unas medias, pero se topó con un Zara. Entre la algazara del séquito y de los fotógrafos, miró, preguntó por "pantalones de piel de melocotón, pero con forma de vaquero", y se llevó dos.

"Faro de progreso"

Aguirre también se ganó a los 400 comensales que la aguardaban en el hotel Riazor, a quienes Negreira la presentó como "un faro de progreso, como nuestra Torre de Hércules". En justa correspondencia, la presidenta madrileña reconoció que "el cambio empezó en Galicia, cuando el PP recuperó la Xunta" y después repitió las diatribas que ha venido repartiendo en la campaña: "Que los socialistas digan que saben de crear empleo es como si Paris Hilton dijese que sabe de conventos de clausura", "Zapatero es el peor presidente de la democracia, o como dijo Aznar, el peor presidente de toda la historia de España", para finalizar pidiendo el voto, "para recuperar el orgullo de ser español".

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