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El Ayuntamiento de Muras compra fincas de su alcalde por 220.000 euros

- El proyecto se financiará con las subvenciones del canon eólico

No hay ningún vecino en Muras (Lugo) que no haya oído hablar de la Aldea Etnográfica, un proyecto que el alcalde, el popular Issan Alnagm, no tiene repartos en definir como un sueño personal que lleva años en su cabeza. No en vano la idea del alcalde, regidor desde 1991 y médico del pueblo hasta 2009, requiere una inversión de 2.279.744 de euros, poco menos que el presupuesto con el que cuenta el municipio para el actual ejercicio, 2.289.100 euros. Además, en el verano de 2010, cuando el proyecto estaba aún en pañales, cada uno de los 787 vecinos de Muras recibió un carta en la que se les informaba de que el Ayuntamiento se ofrecía como comprador de un enclave abandonado de 30 hectáreas para rehabilitar. Buena parte de esas tierras -109 pequeñas fincas y seis inmuebles de Carelle , en la parroquia de O Burgo- acabó vendiéndoselas el propio Alnagm al consistorio municipal por 220.000 euros. El del regidor fue el mayor lote de propiedades adquirido por el Ayuntamiento. Junto a Alnagm presentaron sus solicitudes de venta otros ocho propietarios, también admitidos, aunque el número de parcelas compradas fue menor.

Issan Alnagm y su esposa vendieron al Ayuntamiento 109 fincas y 6 inmuebles

Por la compra de la madera de las parcelas, el Ayuntamiento le pagó a su alcalde y a la esposa de este 50.000 euros más. Son las cifras que maneja del BNG, que aterrizó en la corporación municipal en las elecciones locales del pasado mayo.Para Xoán Antón Estúa, vicerresponsable comarcal de los nacionalistas de A Terra Cha, la adquisión de las tierras esconde "una posible malversación de fondos públicos" y "una mezcla de intereses entre lo público y lo privado". El proyecto de la Aldea Etnográfica, aprobado por el gobierno municipal el año pasado -con el rechazo del PSOE-, se financiará con las suculentas subvenciones que recibe Muras del Plan de Compensación Medioambiental. Por los 377 aerogeneradores instalados en los montes del municipio, a Muras le corresponden 649.744 euros al año del canon éolico, cantidad que en 2010 se destinó a la compra de tierras -por un importe te total de 566.272 euros- y a la redacción del proyecto.

El nombre del alcalde no aparece en la solicitud que Társila López, su esposa, presenta en octubre de 2010 para que las tierras de su propiedad, adquiridas en régimen de gananciales, sean adquiridas por el Ayuntamiento. Alnagm rechazó explicar su versión a este periódico. Fue la Consellería de Presidencia la que en abril de 2011 se percató del vínculo conyugal omitido en la oferta de venta. "Parece que nos podemos encontrar ante un supuesto de prohibición para contratar e incluso ante un supuesto de incompatibilidad", recoge un escrito del director general de Administración Local remitido al Ayuntamiento. Días después, la secretaria municipal argumenta en otro informe que la compra de terrenos puede realizarse porque la incompatibilidad "se refiere a la contratación para obras y servicios públicos, no para otra clase de contratos como los de arrendamiento, préstamo, depósito o compraventa". Tal afirmación se basa en una sentencia de 1990 del Tribunal Supremo sobre la compra de un hotel por parte de la Diputación de Lugo a uno de sus diputados. La operación es legal siempre que los interesados " se abstengan de intervenir en la formación de la voluntad del órgano".

En noviembre de 2010, el alcalde se abstiene y delega la presidencia de un pleno en una concejal del PP, que acaba ejerciendo el voto de calidad para deshacer un empate entre votos a favor y en contra de la compra de sus fincas. Pero ni el criterio del Tribunal Supremo -que la propia secretaria del Ayuntamiento acepta con "ciertas reservas"- ni la abstención de Alnagm le parecen suficientes a la oposición, que insiste en que la Aldea Etnográfica encaja a la perfección con los planes del alcalde, que compró sus terrenos a principios de la pasada década y que, según los nacionalistas, intentó venderlos sin éxito antes de poner en marcha su proyecto estrella. "Los suyos eran prácticamente los únicos terrenos que se ajustaban a las bases", critica Estúa.

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