¿Se mueve algo en las encuestas?

El PSOE pone en duda las encuestas que dan al PP una amplia ventaja, mientras que Mariano Rajoy asegura que muestran una tendencia irreversible, aunque eluda hablar de mayoría absoluta. El único matiz del líder del PP está en sus dudas sobre el reparto de escaños. En su opinión, sería preciso una muestra de al menos 600 entrevistas por provincia para hacer fiable esa asignación. No obstante, explica que todas muestran una tendencia imparable y una serie de datos que indican que es imposible una remontada y que la pulsión de cambio terminará en una amplia ventaja del PP.

Entiende que, aunque el PSOE intenta apelar al voto útil y a lo que llama el "agrupémonos todos", en esta ocasión el rechazo a los socialistas y el malestar de los votantes de la izquierda hacen que sea imposible ese efecto. La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS publicada el domingo pasado muestra que a un porcentaje importante de votantes del PSOE no les importa que gane el PP y que el nivel de fidelidad de sus votantes está bajo mínimos.

En el PSOE, de entrada hay rechazo a todas las encuestas que han publicado en los últimos días los medios de comunicación, en las que hay unanimidad en otorgar al PP una mayoría absoluta holgadísima y un derrumbe demoledor al PSOE. El comité electoral de los socialistas asegura que sus datos no son esos. El secretario de Organización, Marcelino Iglesias, se ha atrevido a dar una cifra. En estos momentos la distancia sería con el PP de nueve puntos y con tendencia a disminuir. Es verdad que nadie osa en el PSOE situarse como vencedor, sino que la batalla en estos momentos se plantea en tratar de acortar distancias.

En las últimas horas hay un ligero movimiento del ancho bloque de indecisos, según aseguran detectar en el comité electoral. A los indecisos, inamovibles desde hace semanas, se une ahora el voto oculto. Los expertos electorales del PSOE sostienen que un sector del electorado que un día les votó, incluso aunque ahora pensaran hacerlo, no lo dicen, dada la ola de opinión en contra que registra este partido. Entre los indecisos puros y el voto oculto, la situación podría mejorar sensiblemente, siempre según testimonio de diferentes miembros del comité electoral.

La posibilidad de que los enfadados con el PSOE el domingo les voten, o algún porcentaje de ellos, la consideran ahora más factible que hace tres o cuatro días. ¿Por qué? El debate entre Rajoy y Rubalcaba, y la machacona campaña socialista de que el PP no dice lo que va a hacer en materias muy sensibles cuando se está en plena crisis económica, es la razón que aducen para alimentar su esperanza.