Los camiones esquivan la 'Supersur'

Los camioneros tienen desde el pasado 15 de octubre un descuento del 35% en el uso de la Variante Sur Metropolitana, la Supersur, rebaja que se incrementa en otro 13% si transitan 20 o más veces al mes por la nueva vía, la infraestructura más cara de Euskadi tras el AVE. Estos nuevos precios son, no obstante, virtuales. Cuando Itziar Garamendi, diputada vizcaína de Obras Públicas y Transportes, anunció estas medidas, advirtió de que no se iban a aplicar en un plazo de cuatro o seis meses, ya que debían ser sometidas a la valoración y aceptación de la UE. Hasta enero o febrero próximo, por tanto, los precios se mantendrán como están.

En un gesto de "solidaridad" con un gremio "muy castigado por la crisis", Garamendi se comprometió a devolver, previa presentación de las facturas correspondientes, ese dinero extra a los transportistas que utilicen la variante entre el pasado 15 de octubre y el día en que la UE acepte las nuevas tarifas. El problema es que la devolución también debe refrendarla Europa, por lo que no está garantizada.

Entre 3.200 y 3.800 vehículos pesados utilizan cada día la Variante Sur

Así las cosas, la realidad es que un mes después de las rebajas anunciadas los camioneros siguen esquivando la Supersur. El número de vehículos pesados que transitan cada día por el vial oscila entre 3.200 y 3.800, segun las cifras de la Diputación, con picos de hasta 4.200, prácticamente los mismos que antes de aprobarse los descuentos. Por lo tanto, una de dos: o los transportistas continúan pensando que utilizar la Supersur es una opción cara pese a los nuevos precios o no se fían de que la UE vaya a aprobar la devolución del dinero.

La patronal del transporte, Asetravi, y los sindicatos se inclinan por lo primero, aunque admiten la influencia negativa de una posible decisión europea contraria a la retroactividad.

"Es lógico que la carretera no se use. Los camioneros hacen sus cuentas y la conclusión a la que llegan es que, pese a los descuentos, les sigue saliendo caro", dice Mikel Abellanal, del sindicato de transportistas Egas.

"Nosotros no podemos recomendarles que vayan por la Supersur. Les decimos que hagan números y ellos, en buena lógica, van por el [corredor del] Txorierri. La Supersur la cogen como recurso puntual, pero no habitualmente. Y luego está lo de Bruselas, que lo mismo dice que nada de devoluciones", agrega.

Los profesionales del gremio dudan de las cifras aportadas por Diputación: 3.800 pasos diarios de camiones les parece "una exageración". "Cualquier vehículo ya es para ellos un camión y entra en las estadísticas. Pero habría que ver cuántos tráileres pasan realmente por allí. El ritmo que dicen ellos no se ve. Sólo hay que darse una vuelta para comprobarlo", apunta Abellanal. "Cualquier furgonetilla es un camión pesado para la Diputación", abunda Enrique Pérez Ortiz de Mendibil, de Asetravi.

Los responsables forales recordaron antes de la inauguración de la primera fase de la vía el pasado 10 de septiembre que el objetivo era que la Variante Sur, que costó 900 millones de euros, absorbiera unos 9.400 vehículos pesados al día, casi el triple de los que, según sus datos, transitan en la actualidad. No obstante, la Diputación se muestra contenta por el funcionamiento de la vía. "La gente la usa en función del servicio que le presta. Nunca hemos tenido el afán de que se pase por ahí. No nos estamos examinando sobre cuántos pasan", indican fuentes del Ejecutivo foral. Con la comunicación de los descuentos, aseguran, tampoco se esperaba un aumento del tráfico de camiones. "El objetivo está cumplido. No hay atascos en Bizkaia. Por lo tanto, tranquilidad y normalidad. Se cumple la función", añadieron las mismas fuentes.

Los camioneros no entienden que una carretera diseñada para mejorar el tráfico de mercancías no pueda utilizarse por el elevado precio de los peajes. Para su construcción fueron necesarios cuatro años de obras en los que intervinieron 58 empresas, la mayoría vizcaínas, y más de 4.000 trabajadores.

"Se ha hecho todo al revés. Esta carretera se va a quedar como esos aeropuertos desiertos de Ciudad Real y Reus. La Diputación ha hecho las cuentas de la lechera, pensando que los camioneros iban a pagar la obra, y ahora no saben qué hacer", concluye Abellanal.