Un fiel escudero derribado por 140 caracteres
Twitter acaba con Fernando Autrán, el alto cargo municipal que gestionó el SAMUR el 11-M
A las ocho de la noche del martes, de camino a una reunión con su jefe, Fernando Autrán ya era un cadáver político, aunque él probablemente no fuera consciente de ello. Animado y cortés, reiteró por teléfono sus disculpas y quiso quitar importancia a los comentarios que había publicado en Twitter en los últimos cuatro meses. "El tuit es lo que es", dijo.
"No era consciente de la que se había armado", explican fuentes del Ayuntamiento de Madrid. Horas antes, después del debate entre los candidatos de PP y PSOE a la presidencia del Gobierno, Autrán publicó en su perfil en la red social: "Prisa va mal, muy mal. Más EREs". Apenas 30 o 40 personas leían sus comentarios. La cuenta (ya borrada) llevaba su nombre pero no su cargo: coordinador general de Circulación. Él consideraba Twitter "una conversación entre amigos, no reflexionaba sobre lo que decía", apuntan las fuentes consultadas. "No tenía en cuenta quiénes eran esas 30 o 40 personas que le seguían".
Algunos eran periodistas, con muchos más seguidores, miles incluso, que amplificaron sus palabras. Se generó cierto revuelo, porque algunas frases eran injuriosas: "ETA vota Rubalcaba", "urkullu ez de euzcadi porque ez jilipollaz", "Caamaño 'los demócratas sabrán ser generosos cuando ETA deje las armas'. Desde luego, en vez de un tiro les meteremos dos"... No faltaban tampoco insultos soeces o machistas, contra magistrados, ministras o políticos.
"Era el típico graciosillo, de chiste fácil, que a veces tenía gracia y a veces no", afirma un alto cargo municipal. "Y poco prudente", añade. Porque no fue cosa de un día: llevaba tiempo haciendo comentarios inapropiados. Compañeros suyos en el Ayuntamiento que le aprecian le habían advertido, pero él siempre le restó importancia. "No le veía gravedad".
El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, que el martes estaba preparando su debate electoral del día siguiente, no estaba al corriente de las frases de Autrán. Cuando se enteró "no lo dudó ni un minuto". Para entonces, el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, jefe y viejo amigo de Autrán, ya le había convocado. De aquel encuentro salió destituido. El alcalde diría luego que Autrán dimitió, que no hubo ni tiempo para cesarle. En realidad, la reunión con Calvo le sirvió al alto cargo para hacerse a la idea de la dimensión del escándalo, alimentado por lo inapropiado de sus frases y el daño que podían causar a Gallardón en campaña y a horas del debate. Puso su cargo a disposición de Calvo, y este pasó el trago de destituirlo.
Juntos habían atravesado momentos complicados. Autrán, vigués de 53 años, estudió en un colegio del Opus Dei y luego Derecho en una universidad pública de Madrid. Entró en el Gobierno regional como coordinador de Protección Ciudadana cuando Calvo era consejero de Medio Ambiente. "Es, sobre todo, un amigo. Tengo el honor de ser cómplice suyo en muchos proyectos que parecían imposibles", afirmaba del edil en 2007 en una entrevista en El Correo Gallego. Saltó al Ayuntamiento con Gallardón, siempre de la mano de Calvo. Era coordinador de Emergencias el 11 de marzo de 2004, a cargo de los 501 empleados del SAMUR y los 1.580 bomberos. Fue quien avisó al edil del atentado. Pasó el día entre la estación de Atocha y el tanatorio en Ifema. "Ha sido la experiencia más traumática de mi vida. Dos personas murieron en mis brazos", contó en la entrevista. "No sabemos ni quién ni por qué dio ese golpe de Estado (...) que lastra la legitimidad del Gobierno", añadía.
Desde la oposición reseñan su estilo "altivo y arrogante", y se sorprenden de su destitución. "Estaba muy arraigado, cuando había follón todos asumían que no tendría ningún coste para él", asegura uno de sus rivales. Por "follón" se refiere ante todo a un supuesto caso de corrupción en una concesión de parquímetros en 2006. Entonces sirvió de escudero, escudo y portavoz a Calvo, que era quien estaba en realidad en la diana. El caso no tuvo consecuencias políticas, y la justicia lo archivó.
La noche del martes fue amarga. "Está destrozado. Ha recibido incluso amenazas en Twitter. Tiene 53 años, cuatro hijos y se queda en la calle, sin nada
[no era funcionario sino cargo de designación política]. No ha robado ni ha causado daño a nadie", aseguran fuentes municipales. Pero nadie niega que sus palabras eran "inaceptables". O dimitía, o era dimitido.
"Somos políticos. Tenemos una responsabilidad, no podemos hacer comentarios absurdos o de mal gusto. Nuestros perfiles de Twitter no son personales, como cargos públicos no tenemos esa independencia porque cualquier problema afecta al conjunto del Ayuntamiento y al alcalde el primero". Esto resume las reflexiones que se hicieron en la Junta de Gobierno local del jueves, que aprobó la destitución de Autrán, sustituido por Jorge Rodrigo, director gerente de la empresa Madrid Movilidad.
"Twitter es una cosa muy compleja y a veces da disgustos", señaló el jueves la presidenta regional, Esperanza Aguirre. "El tuit es lo que es".
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