Versace abre su archivo a las nuevas generaciones
La firma italiana presenta su serie para la cadena sueca H&M
"Esta colección es como un disco de grandes éxitos. Una forma de cerrar un capítulo de la historia para empezar otro". Donatella Versace definía ayer así la ropa que ha creado para la cadena textil sueca H&M. Una línea que recupera los elementos más emblemáticos de la casa que su hermano fundó en 1978 y que ella comanda desde su muerte en 1997. Y los transporta, por primera vez, a una gama de precios accesibles. Ropa para hombre y mujer y complementos para la casa que se pondrán a la venta en 300 tiendas H&M de todo el mundo el 17 de noviembre. Ajustados pantalones con estampados tropicales, vestidos con botones dorados y chaquetas de cuero y tachuelas que se presentaron con una fiesta y un desfile el martes por la noche en Nueva York.
"Había interés por recuperar la historia de Gianni", dice Donatella
La colaboración quiere mostrar que "el estilo no es necesariamente caro"
"Nunca me había parecido correcto acudir de forma tan literal al archivo para mi propia firma", explicaba Versace. "Pero sentía que había un interés por recuperar la historia de Gianni y esta es la mejor forma de explicar a la gente joven quién era y acercarles su trabajo". H&M estableció esta política de colaboraciones anuales en 2004 con Karl Lagerfeld y ha ido incrementado su volumen y ambición. Versace sucede a Lanvin, Sonia Rykiel, Comme des Garçons o Roberto Cavalli. La compañía se negaba ayer a especificar los términos económicos del acuerdo. "Es un contrato beneficioso para las dos partes", concedía la asesora creativa de H&M, Margareta van den Bosch. "Ellos llegan a una audiencia mucho más amplia. Nosotros sorprendemos a nuestros clientes". Cabría añadir que ambos consiguen una repercusión mediática de un valor incalculable.
El desfile del martes se inició con dos modelos que salieron al tiempo de dos puertas contiguas. Llevaban el mismo pelo rubio, pañuelos negros sobre la frente y ojos ahumados. Tan logrado estaba el efecto clónico que uno dudaba su estaba viendo a una misma mujer reflejada. Tal vez de forma involuntaria, el truco ilustraba algunas de la cuestiones que la colección de Versace para H&M suscita. Si es lo mismo, ¿por qué se viven realidades diferentes a cada lado del espejo? "Con esta colaboración le enseñamos a la gente que la moda y el estilo no son necesariamente caros", afirma Margareta van den Bosch. Algo con lo que Versace tendrá que lidiar para seducir al consumidor de vuelta al otro lado. "Nunca pensé que lograríamos esta calidad", afirmaba Donatella ataviada con una chaqueta de piel. "De lejos, no podrías distinguir una cazadora de Versace de esta. Por eso sé que no volveré a hacer algo así. Da un poco de miedo", terminaba entre risas.
Según Women's Wear Daily, hace dos años los suecos ya tentaron a Versace. Donatella lo rechazó alegando que la firma no había superado todavía la crisis de identidad y resultados que sufrió en el primer lustro de este siglo. No estaba preparada para enfrentarse a ese juego de espejos. Ayer admitió que le costó ganarse el respeto de la industria como diseñadora en esos primeros años: "La moda es un examen diario, no puedes creer que lo sabes todo".
En todo caso, el momento no ha podido ser más propicio para la asociación. En las últimas colecciones de firmas como D&G, Givenchy o Lanvin se filtran las referencias que poblaron el universo de Gianni. Códigos hedonistas y llamativos que no siempre ha sido unánimemente admirados. "Llevábamos demasiado tiempo de minimalismo. Era el momento de volver a algo más divertido. Recuperar el color, los estampados y el optimismo", opina Van den Bosch. "La gente necesita soñar. No puedes quitarles eso. Ni siquiera en un momento tan complicado como este", apuntaba Donatella.
La apuesta por la extravagancia también se notó en la fiesta en la que actuaron Prince y Nicki Minaj. Pasada la medianoche, se abrió una tienda temporal para que los 500 invitados pudieran comprar la colección sin tener que pasar por las abrumadoras colas que se han convertido en parte del ritual de estas colaboraciones. Pero, si la ropa se agota en horas, ¿no pierde parte de su accesibilidad? "Si realmente quieres algo, tienes que hacer cola", opina van den Bosch. "La exclusividad es parte del atractivo". Incluso en H&M.
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