Rajoy busca abrumar con cifras y un tono moderado
Se prepara con fichas por temas, como en un examen
Rajoy sabe que todas las encuestas le dan una amplia victoria en las elecciones, por lo que en el debate de hoy se puede permitir actuar como presidente, aunque todavía sea líder de la oposición, y eludir la pelea. Rubalcaba va a tener que responder de la gestión del Gobierno pero, al tiempo, debe arriesgar y atacar a Rajoy. El objetivo de este último es que su rival sea identificado como uno de los principales responsables de la gestión del Gobierno y, por tanto, de los cinco millones de parados.
Dirigentes del PP aseguran que esta vez Rajoy no tiene ni que perder ni que ganar, porque el debate apenas moverá votos. Rubalcaba sí tiene mucho que ganar, es casi su último cartucho, pero el líder del PP solo puede aspirar a consolidar su enorme ventaja. En 2008, los estudios del PP mostraron que los dos debates apenas movieron votos y esta vez aún menos, porque la ventaja es grande y estable y porque la repetición de la liturgia resta trascendencia al trámite.
Pretende que se identifique a su rival con los cinco millones de parados
Pese a todo, la cúpula del PP aplica dos criterios tópicos: el que sale a empatar puede perder y nunca ganar y los debates los carga el diablo. Sobre el primero, explican que Rajoy está volcado con el debate y que, por eso, ayer renunció a un día de campaña y que su intención es ganarlo, utilizando el argumento fundamental de la crisis.
Y sobre el segundo recuerdan que Felipe González se confió en 1993 y José María Aznar, menos dotado para la comunicación, ganó el primer debate de la democracia.
En 2008, la mayor parte del debate se centró en ETA y en la política territorial, en un momento en el que se debatía sobre el fracaso del proceso de paz y la gestión del Estatuto de Cataluña. Ahora, es evidente que Rajoy quiere que la economía lo tape todo.
El PP admite que esas cifras son la fortaleza de Rajoy y el terreno abonado para el malestar ciudadano con el PSOE. Su debilidad es su menor telegenia o capacidad de comunicación, con sus característicos guiños, ante los vertiginosos e incesantes movimientos de manos de Rubalcaba.
En 2008, Rajoy acudió al debate con el sociólogo Pedro Arriola, que no ha perdido en este tiempo la capacidad de influencia en el líder del PP. A él se le atribuye la teoría de la oposición de perfil bajo, de no hacer nada para no equivocarse y, en este caso, de no confrontar para ofrecer imagen de diálogo y moderación.
Rajoy ha preparado el debate estudiando fichas elaboradas por los responsables del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría y José Luis Ayllón. Su sistema es el del estudiante de oposiciones temeroso de que "le caiga" un tema no estudiado, es decir, que salga un dato o un asunto que no haya preparado. Para eso estudia las fichas que incluyen referencias a recortes en comunidades gobernadas por el PP, asunto que seguro sacará Rubalcaba.
Nunca utiliza sparrings para preparar los debates y lo único que lleva preparado son los párrafos de arranque y de final. En 2008 arriesgó con la famosa "niña de Rajoy", pero hoy no es previsible nada parecido.
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