Mucho ritmo y poco acierto

Entre la fe del Betis y la calidad del Málaga, preñado de figuras, algunas demasiado acomodadas, acabó por triunfar el empate en un partido de alternativas, de ida y vuelta, a veces trepidante y por momentos desbocado. A pesar de su derroche, el equipo de Mel, siempre valiente, puso en muchos a puros a un Málaga que juega a rachas y al que las ausencias de Apoño y Baptista marcan demasiado. Pagó el Betis su falta de gol, con Rubén desconectado, pero no se arrugó ante un rival destinado a cotas altas, con un esfuerzo notable y un equipo lleno de jóvenes, caso de Pozuelo, Ezequiel, Beñat, Cañas o Isidoro. El punto le permite al Betis detener una sangría preocupante y al Málaga, al menos, no perder comba en la pelea por los puestos europeos.

Al equipo de Pellegrini le cuesta tener continuidad y da facilidades atrás

No acaba de carburar el Málaga que diseña Manuel Pellegrini. Tocado por la larga ausencia de Julio Baptista, se mantiene en los puestos altos casi por inercia, por la calidad que destilan jugadores como Joaquín o Cazorla, mientras peca de suficiencia y presenta, a veces, demasiadas inconexiones, periodos de ausencia en los partidos con los que menosprecia su potencial y se muestra como un equipo romo, sin ritmo, lejos de un aspirante a la Liga de Campeones.

Angustiado por la racha de seis derrotas consecutivas, el Betis salió como un flan a un partido ya importante para sus aspiraciones de permanencia. Por eso los primeros minutos del choque fueron un suplicio para el conjunto sevillano, nervioso y superado por el toque del Málaga, con un Joaquín muy motivado. Una internada de Monreal y un balón al que no llegó el propio Joaquín sembraron el caos en Heliópolis. Perdonó el Málaga y, por arte de magia, cayó en una de sus primeras etapas de sonambulismo. El Betis, que vive de la inspiración de Beñat, de gran talento técnico como limitaciones en lo físico, fue encontrando su juego, creciendo ante un Málaga que deja jugar y tiene problemas a la hora de ajustarse defensivamente, con unos centrales tan elegantes como lentos.

De un gran pase del propio a Beñat a Pozuelo nació la mejor ocasión del conjunto verdiblanco. El canterano la puso al área y Rubén remató de forma precipitada. Más clara fue la opción después de un centro al área de Jorge Molina que Demichelis remató a su propia portería. Caballero resolvió bien para su Málaga, incapaz después de su inicio fulgurante de superar a un Betis lleno de pasión, también de muchos nervios. Sin tirar a puerta, al ritmo cansino de Toulalan, Duda y Cazorla, el equipo de Pellegrini, por momentos, ofrece sensaciones algo preocupantes mientras es capaz de rebelarse por momentos, como en diez minutos de la segunda mitad le creó tres ocasiones claras al Betis. Casto estuvo enorme.