Pintor a la sombra de la vela

"Cuando las cucharas tropezaban con el fondo, entonces empezaba la rebañadura mendrugo en mano, hasta que el metal quedaba limpio y brillante como si acabasen de fregarlo". Las palabras de un pescador extraídas del libro Flor de mayo (1895) de Vicente Blasco Ibáñez podrían poner el mejor texto posible al pie del impactante cuadro Comiendo en la barca, el lienzo que Joaquín Sorolla pintó casi por aquellas mismas fechas (está datado en 1898) y que desde ayer se exhibe por primera vez en Valencia, en la sala dedicada al pintor en el Centre del Carme.

Y efectivamente, en la obra de Sorolla se ve a un grupo de pescadores en la cubierta de una embarcación varada en la playa, amparados como el pintor del fuerte sol bajo una vela que descansa sobre la botavara como un toldo y comiendo con las manos de un caldero, rebañando con pan su fondo. Rostros curtidos por el viento salado y el sol del Mediterráneo junto a las hambrientas figuras de unos niños, juntos en una composición que constituye una obra cumbre del género marinero en cuanto que supone un retrato sociológico de la época.

"Fue muy importante en su carrera", dice Pons-Sorolla

También se exhibe el óleo 'Mondando patatas'

"Para Sorolla la obra fue muy importante en su carrera", aseguró ayer Blanca Pons-Sorolla, la nieta del pintor, que ha rastreado hasta 40 dibujos y 13 pinturas preparatorias de Comiendo en la barca, obra con la que ganó la Gran Cruz de Isabel La Católica en la Exposición General de Bellas Artes de Madrid de 1899. De hecho, en el Centre del Carme se muestra también un pequeño óleo anterior (1891-1894) titulado Mondando patatas, nunca exhibido en Valencia, y una aguada titulada El santo del patrón, localizado en una colección particular.

Pons-Sorolla ha escrito el tercero de los estudios monográficos que la Institución Joaquín Sorolla de Investigación y Estudios ha publicado en torno a uno de los cuadros del pintor valenciano. Antes se editaron los de Elena en la playa y Familia de Estanislao Granzow. Y como ya es costumbre, junto a la publicación, un riguroso estudio sobre la historia de la obra y la importancia en la trayectoria del pintor, se presenta el cuadro, que viaja por primera vez a Valencia desde el Museo de la Academia de Bellas Artes San Fernando de Madrid, celoso de prestar obras con más de 100 años.

Según la experta, Sorolla (Valencia, 1863. Cercedilla, 1923) pintó el magnífico lienzo en la playa de la Malva-rosa y sirvió de preparación, de investigación pictórica, para muchos de los trabajos posteriores del autor, que se consagró poco después, en 1890, ganando el Grand Prix en la Exposición Universal de París con la impresionante obra Triste herencia (1899), que enseña a una multitud de niños discapacitados por la enfermedad bañándose al atardecer en el mar a lado de la severa sombra de un monje.