Archivada la denuncia sobre las torres de Calatrava
La Fiscalía de Valencia ha archivado la investigación sobre las llamadas torres de Calatrava, con las que el Gobierno de Francisco Camps pretendía rematar el complejo de la Ciudad y las Artes y las Ciencias. La Generalitat acordó pagarle al arquitecto Santiago Calatrava 15 millones de euros, de los cuales ya ha abonado al menos 2,6, por un proyecto en el que seis años después no se ha movido ni una piedra y que se antoja de muy difícil realización. El Consell espera, de hecho, poder vender el año que viene la parcela en la que estaban previstos los tres edificios de 58, 70 y 80 plantas como vía para reducir su endeudamiento.
La denuncia ahora archivada fue presentada en marzo por Esquerra Unida "por los posibles delitos de prevaricación, malversación y defraudación tributaria contra intervinientes en la contratación y edificación de la parcela M3 de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia". En la misma se destacaba que la presentación de la maqueta del proyecto tuvo lugar en noviembre de 2004 y la firma del contrato no se produjo, en cambio, hasta casi un año después. El ministerio público ha rechazado judicializar el asunto al no haber hallado indicios de delito.
Tres casos
Esquerra Unida denunció el caso inicialmente ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia valenciano junto con otros dos proyectos que se encuentran paralizados y sin visos de concretarse. Se trata del Centro de Convenciones de Castellón, por el que la Generalitat adelantó al arquitecto 2,7 millones de euros; y la reforma de la dársena de Torrevieja, por la que abonó otros 600.000 euros, según la formación.
La Generalitat siempre se había negado a ofrecer detalles sobre sus contratos con el arquitecto aludiendo a cláusulas de confidencialidad. El empeño de Esquerra Unida en el caso ha puesto de relieve, más allá de la responsabilidad penal, un modelo de trabajo poco edificante. El acceso a los contratos permitió descubrir, por ejemplo, que Calatrava cobraba un porcentaje del coste final de la obra, incluidos los sobrecostes en que suelen incurren sus proyectos. En el caso de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, se elevan a 600 millones de euros, según la Sindicatura de Comptes. Los pagos al arquitecto nacido en Benimàmet (Valencia) se hacían, por otra parte, en Suiza, lo que ahorraba a Calatrava el pago del IVA.
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