"Si Trotski estuviese vivo no sería trotskista"
El arrollador triunfo de Cristina Kirchner en las elecciones argentinas ha irrumpido en la gira de presentación en España de la última novela del escritor Marcos Aguinis, El joven Liova (Plaza & Janés). Al autor de ensayos sobre la vida política y social de su país como El atroz encanto de ser argentinos o Pobre patria mía no le molesta. Con la misma pasión habla de los años juveniles de León Trotski que inspiraron su última novela que critica el populismo de la presidenta argentina.
Pregunta. ¿Cómo interpreta el triunfo de Cristina Kirchner?
Respuesta. El país está muy dividido. Este gobierno populista ha incentivado el odio. Los argentinos que estamos en un lado de la trinchera odiamos a los otros. Ya no se habla del adversario político; se habla del enemigo. Cristina se ha constituido en una emperatriz que no acepta que se le hagan preguntas, no hace reuniones de gabinete e insiste en que a ella se le escucha, no se le habla. Se ha desnaturalizado el concepto de democracia, concibiendo que solo alcanza a que se vote, olvidando que la democracia empieza después de la elección. Es un Gobierno eminentemente populista; es gatopardista: solo corrige algunas cosas para que todo siga igual, especialmente para que ella siga en el poder.
"En Argentina se ha desnaturalizado el concepto de democracia"
P. ¿Quién es responsable?
R. Los mismos ciudadanos que hemos ido perdiendo los valores que hicieron de Argentina un país ejemplar. La cultura del trabajo ha sido transformada en la cultura de la mendicidad, del "deme", del subsidio; la cultura del esfuerzo, por la cultura del facilismo, y la cultura de la decencia, por la indecencia. Pero me temo que ya lo consideramos normal.
P. ¿Por qué eligió novelar la juventud de Trotski?
R. Stalin se ocupó con minuciosidad de borrar a Trotski de la Historia. Prohibió sus escritos, sus fotografías, solo aparecían caricaturas demonizándolo. Como, desgraciadamente, gran parte de la izquierda se sometió a las órdenes de un líder, perdiendo el pensamiento crítico, Trotski pasó a ser lo que al final se cuenta: bien recibido en México, su romance con Frida Kahlo y su final trágico. Cuando empecé a investigar sus primeros años de vida, fue un hallazgo que me deslumbró. Es una novela perfecta, llena de peripecias y aventuras. Era un joven idealista puro, fogoso, que corrió peligros y que fue extorsionado, exiliado, maltratado en las cárceles. Y, a pesar de eso, tenía obstinación para continuar luchando. El Trotski esquematizado del final no deja ver la otra parte, que me permitió escribir una novela de iniciación.
P. ¿Se ha hecho justicia con su figura?
R. Yo creo que no. Se creía que después de la caída de Stalin iba a recuperar su prestigio, pero se le dejo de lado. El trotskismo redujo su pensamiento a ciertas frases y escritos. Si Trotski estuviese vivo no sería trotskista, porque él en su vida fue muy flexible, fue un hombre que absorbía información, la procesaba y la ajustaba. Los partidos trotskistas no cambian la versión fosilizada de Trotski.
P. ¿Qué sería hoy Trotski?
R. No pasaría desapercibido. Su carácter rebelde, su elocuencia, su cultura determinarían un protagonismo, pero no se cuál.
Marcos Aguinis
Marcos Aguinis (Córdoba, Argentina, 1935) estudió música y fue neurocirujano y psicoanalista antes de dedicarse en exclusiva a la literatura. Ha escrito tanto novelas como ensayos. Con la restauración de la democracia en su país fue nombrado ministro de Cultura por Raúl Alfonsín, y creo el Programa Nacional de Democratización de la Cultura. En 1970, fue el primer latinoamericano en ganar el Premio Planeta con La cruz invertida.
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