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Crónica:REAL SOCIEDAD 0 - REAL MADRID 1 | FÚTBOL | Undécima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid se angustia solo

Cómodo en el primer tiempo, el conjunto de Mourinho se deja ir al final y sufre ante una Real que reacciona tarde

José Sámano

Sin rastro del reciente Madrid, el equipo de Mourinho pasó por trances muy distintos en Anoeta. Abanicó a la Real durante una hora y luego se vio al límite. Falto de la mordida y el juego estructurado de las jornadas precedentes, al Madrid se le hizo eterno un encuentro que tuvo a merced ante un rival muy pálido, que solo tuvo el ahínco final que le concedió su adversario. Higuaín, una vez más, hizo bingo y el Madrid se alivió. Debió hacerlo mucho antes, pero no tuvo frescura, se acomodó ante un partido plomizo y acabó con angustias. No porque la Real Sociedad conquistara el área de Casillas, sino por su falta de gobierno en el segundo tiempo.

De inicio, al Madrid más tibio de las últimas semanas le alcanzó para domesticar sin alardes a un rival que le regaló por voluntad propia la pelota y medio campo, el que debía ocupar la Real para dar algo de lata a Casillas durante una hora. Pocos rivales se han retado con el Madrid con una apuesta tan raquítica, la que quiso Philippe Montanier, que sufrió una tiritona considerable. Con cinco defensas, un lateral impostado -Estrada- y dos tapones en el medio -Mariga y Markel-, el técnico francés rebajó a su equipo a la nadería. Su pelotón defendió mal, sus pivotes defensivos no incordiaron a nadie y Prieto y Vela, los únicos sin rienda, se quedaron ajenos a todo, sin plano, marginados por un sistema antediluviano. De la Real no hubo noticias hasta la irrupción de Griezmann a falta de media hora. El polémico extremo francés, con aire de disidente, sirvió al menos de interruptor para su grupo.

REAL SOCIEDAD 0 - REAL MADRID 1

Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez (Agirretxe, m. 84), Demidov, Mikel González, Íñigo Martínez, Cadamuro; Mariga, Markel (Pardo, m. 87); Estrada (Griezmann, m. 61), Xabi Prieto; y Vela. No utilizados: Zubikarai; De la Bella, Aranburu y Llorente.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Ramos, Pepe, Coentrão; Xabi Alonso, Lass (Khedira, m. 69); Di María, Özil (Kaká, m. 64), Cristiano; e Higuaín (Benzema, m. 81). No utilizados: Adán; Marcelo, Varane y Callejón.

Gol: 0-1. M. 9. Higuaín supera a Bravo tras aprovechar un pase al hueco de Coentrão.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Arbeloa, Cadamuro, Griezmann, Ramos, Carlos Martínez, Markel e Íñigo Martínez.

Unos 30.000 espectadores en Anoeta. Antes del partido hinchas del Madrid provocaron altercados en las inmediaciones del estadio que se saldaron con un herido y un detenido.

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"Hemos sabido ganar cansados"

Enfrente, el grupo de Mourinho se limitó a aliñar el partido con un cómodo rondo, más que suficiente en el primer acto, antes y después del gol de Higuaín. Un guiño a Montanier: sus tres centrales, aquellos que debían cubrirse las espaldas, que para eso eran tres, se quedaron tiesos ante un desmarque sencillo del Pipa argentino. Coentrão, anoche lateral, llegó a medio campo realista a cámara lenta, echó un vistazo al frente y sin nadie que le apretara conectó con Higuaín, que resolvió ante Bravo como un cirujano. Un gol que retrató a la Real de mirada corta, tan escuálida con el balón como sin él, solo dispuesta para defender lo que no supo defender ni siquiera 10 minutos, una llegada al vacío de Higuaín. Espantado por el gol, hasta que llegó Griezmann como alborotador, el conjunto donostiarra se quedó sin guion, refugiado en la cueva, a varias lunas de Casillas y con la pelota como estorbo, un artefacto único para evidenciar las carencias técnicas de varios de sus futbolistas.

La respuesta del Madrid no tuvo la contundencia de otras jornadas. Mourinho bailó la alineación y prescindió de inicio de Khedira, Kaká y Marcelo. También de Benzema, pero su caso es otro. El francés e Higuaín alternan la competencia de forma muy medida. Sostiene Mourinho que el argentino tiene mejor partitura con pista libre, ante adversarios que echan el candado. Ante la Real del primer tramo, lo desmintió el argentino. Pero, pese al acierto del Pipa, el Madrid se tomó el curso del encuentro con demasiada palidez, sin la energía de las últimas semanas. Y con algunos jugadores otra vez por libre, caso de Cristiano, que en multitud de ocasiones cortó el hilo con todos y se dedicó a labores de trapecista pegado al costado izquierdo, con malabares intrascendentes, un síntoma del desapego con el que el Madrid se fue tomando el choque con el paso de los minutos, hasta que se sintió amenazado por su exceso de cháchara. Cómodo en el primer tiempo, se dejó ir y concedió a la Real una oportunidad que no esperaba.

De alguna forma, el Madrid convirtió el curso del duelo en un trámite, lo que poco a poco dio vidilla a su rival, que después de su asustadiza puesta en escena se vio a un palmo en el marcador cuando llevaba una hora sin pestañear, a punto de capitular. Visto que la Real cogió hueso, Mourinho recurrió a Khedira, Kaká y Benzema, pero nada alteró el dictado madridista, que se quedó sin puntadas, otra vez, como antaño, con las líneas desatadas, con un partido sometido finalmente a un pulso más físico que futbolístico, lo que pagaron jugadores como Di María, que siempre seca el depósito y acabó extenuado por sus sucesivos maratones en cada partido durante las últimas semanas. Para la Real, el arreón llegó tarde; para el Madrid, el final fue el mejor consuelo.

Higuaín pica el balón y supera la salida de Bravo en la acción que supuso el tanto del triunfo del Madrid.
Higuaín pica el balón y supera la salida de Bravo en la acción que supuso el tanto del triunfo del Madrid.ANDER GILLNEA (AFP)

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.
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