La fotógrafa andrógina y su doble
La Virreina exhibe las imágenes surrealistas de Claude Cahun, que no expuso ni vendió obras en vida
Se ha convertido en un icono de la fotografía surrealista y las 400 imágenes que constituyen su legado son muy codiciadas y aun más cotizadas. Sin embargo, en vida Claude Cahun (Nantes, 1894-Jersey, 1954), seudónimo de Lucy Schwob -era nieta del escritor Marcel Schwob-, no exhibió ni vendió ni siquiera una foto, y tan solo publicó una imagen en una revista de 1930 y unas pocas como ilustraciones de un libro de poemas de 1937. Lesbiana (que nunca estuvo en el armario), adoptó un nombre masculino, creó un vanguardista personaje de rasgos andróginos y fue autora y protagonista de imágenes asombrosas, que siempre serán modernas, reunidas en la exposición titulada simplemente Claude Cahun, abierta en La Virreina Centro de la Imagen hasta el 5 de febrero.
La Gestapo las detuvo a ella y a su novia por contrapropaganda
La exposición, que llega del Jeu de Paume de París y prosigue por Chicago, es la más importante nunca realizada, después de la de 1995 que reveló su existencia al mundo. El responsable del descubrimiento de esta musa y artista de la vanguardia, amiga de Bretón, Gide, Michaux y todas las mentes más brillantes de aquella generación, es François Leperlier, historiador del arte y comisario de la exposición con Juan Vicente Aliaga. "Al principio pensaba que era un hombre, luego realicé un trabajo casi detectivesco y, tras vivir con ella más de 20 años, la percibo como un fantasma familiar", explicó Leperlier.
La mayoría de las obras fueron donadas por su compañera de toda la vida, Suzanne Malherbe, que le sobrevivió 18 años, a una amiga de París y otras fueron vendidas en la subasta de los bienes de Malherbe y adquiridas por galerías. Actualmente el principal propietario es el museo de Jersey, la pequeña isla británica del canal de la Mancha donde las dos mujeres vivieron la mayoría de su vida. Hijas de la burguesía ilustrada francesa que estaba a punto de sufrir la ocupación nazi, se conocieron en la adolescencia, Claude tenía 16 años y Suzanne, hija de la mujer que se casaría con su padre en segundas nupcias, dos más. Fue amor a primer vista y, aunque Claude tuvo alguna relación esporádica con hombres, Suzanne fue el amor de su vida. "¿Femenino? ¿Masculino? Depende de los casos. Neutro es el único género que me conviene siempre", afirma en el ensayo autobiográfico Aveux non avenus, de 1930.
"Sus imágenes hablan de género, identidad y cambio, y utilizan el fotomontaje y la superposición de negativos", indica Aliaga. "Claude tenía una personalidad fuerte y estructurada, pero sabía cómo multiplicar su identidad y jugar con las metamorfosis, sin perderse en las imágenes múltiples", añade Leperlier.
Cuando los nazis ocuparon Jersey, las dos optaron por la resistencia y aplicaron la técnica surrealista del detournement a las tácticas bélicas, distribuyendo panfletos para desmoralizar a los soldados y empujarles a desertar. La Gestapo las detuvo y fueron condenadas a muerte, pena conmutada por prisión, de la que salieron al liberarse Jersey. Los ocho meses en la cárcel no les quitaron las ganas de provocar, pero minaron la débil salud de Claude. Tres días antes de morir, en 1954, enviaba a su amigo Breton una composición de manos entrelazadas, exquisitamente surrealista, con la frase "os tiendo mis manos por última vez".
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