Griñán y Arenas convierten la Cámara en una cancha electoral
Las generales del 20 de noviembre no van a paralizar la actividad del Parlamento andaluz, como suele ser habitual en elecciones, por lo que los partidos han decidido convertir la Cámara en una cancha electoral. La sesión de control al Gobierno, que desde principios de septiembre retransmite en directo la televisión autonómica por su segundo canal, fue ayer un nuevo intercambio de mensajes cocinados en las sedes de los partidos, sin apenas debate ni confrontación de ideas. Los diputados tan solo aguardan a que acabe el tiempo del adversario -al que oyen pero no escuchan- para lanzar su argumentario.
El mensaje central del popular Javier Arenas en su ping-pong con el socialista José Antonio Griñán fue el "escándalo de los ERE" y el "récord de paro" en Andalucía tras 30 años de gobiernos socialistas. Y el mensaje del presidente de la Junta consistió en vaticinar un aumento de "las desigualdades" si vence el PP en las elecciones que harán "una Andalucía peor y más pobre".
Poco más dio de sí el quincenal enfrentamiento dialéctico parlamentario entre el jefe del Gobierno y el jefe de la oposición, quien advirtió de la tentación de los socialistas de convertir la sanidad y la educación en el "nuevo dóberman" de la campaña, en alusión a la propaganda electoral que el PSOE puso en marcha en las elecciones de 1996. "El dóberman lo tienen en casa, son el millón de parados por las políticas de Zapatero, Chaves y Griñán", enfatizó Arenas.
En la réplica, Griñán aireó los recortes de los gobiernos autonómicos del PP en educación y sanidad: "Ustedes hablan de confianza para regalárselas a los mercados, quieren una sanidad rica para ricos".
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