Un castigo de ocho millones de euros
El Manchester City multa a Tévez con cuatro semanas sin sueldo y la cancelación de sus jugosos bonus de lealtad por negarse a jugar contra el Bayern y pedir ser traspasado
Por ahora, el pulso lo pierde Carlos Tévez. El argentino, que quiere que el Manchester City le venda y que, según su entrenador, el italiano Roberto Mancini, se negó a jugar en septiembre contra el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones (2-0), ha dejado ya de ingresar unos ocho millones de euros por su enfrentamiento con la directiva del club. Así, el City anunció el martes que Tévez ha sido multado con el salario de cuatro semanas, unos 920.000 euros, por hacer caso omiso de la orden de su técnico, aunque él siempre ha negado que no quisiera jugar. Del mismo modo, el delantero dejará de percibir varios bonus recogidos en su contrato bajo el epígrafe de la cláusula de lealtad por solicitar oficialmente ser traspasado a otro equipo en dos ocasiones. En total, son casi ocho millones de euros los que no han llegado a la cuenta de Tévez, que estaría estudiando demandar a Mancini por difamación, según la BBC, y que tiene 14 días para apelar contra la decisión de privarle de parte de su sueldo.
El argentino estudia demandar a Mancini, su técnico, por difamación
Estas fueron las palabras de la polémica. "Si me saliera con la mía, estaría fuera [del equipo]", dijo Mancini ante las cámaras de televisión para explicar que, según su versión de los hechos, Tévez no quiso saltar al césped del campo del Bayern cuando quedaban 35 minutos de encuentro. "Si queremos mejorar como conjunto, Carlos no puede jugar para nosotros. Conmigo, ha terminado. Se negó a entrar en el terreno. Lo que le dije queda entre él y yo, pero estoy muy decepcionado porque se trata de Carlos", prosiguió. "Yo decido los cambios. La situación es mala. Imposible. Es importante que un jugador ayude al equipo. Quería calmarlo todo y poner a Tévez en el campo. Quería mantener bajo el marcador, que no nos metieran un tercer gol. Se negó a ayudar a sus compañeros. ¿Se pueden imaginar a un jugador del Bayern de Múnich, el Milan o el Manchester United haciendo eso?", añadió. "Se negó a prepararse y de nuevo se negó a salir al campo. Si un jugador tiene mucho dinero para jugar en el Manchester City... No puede, nunca".
El relato de Mancini fue desmentido por Tévez, que seis días antes del encuentro se enteró de que no ingresaría el dinero correspondiente a los bonus de lealtad por haber pedido ser traspasado a otro club.
"Es la decisión de Mancini. Siempre he sido un profesional", comentó Tévez a través de un traductor y ante las mismas cámaras que su técnico, pero sin dar su versión sobre el incidente. "Ya di mi opinión de que me quería marchar por razones familiares y, aun así, he jugado a mi mejor nivel", matizó. Al poco tiempo, el jugador, al que le quedan tres años de contrato, comprendió la necesidad de ser mucho más claro: "Querría disculparme con todos los aficionados del Manchester City por el malentendido que hubo en Múnich. No es el momento adecuado para entrar en detalles explicativos porque eso no pasó. Afirmo que nunca rechacé jugar. Estoy preparado para hacerlo cuando se me requiera y para cumplir con mis obligaciones".
Tévez, de 27 años, ha visto cómo su familia decidía no vivir en Manchester, harta de días plomizos y lluviosos, y no viste la camiseta del City desde el 21 de septiembre, cuando su equipo se enfrentó en la Copa de la Liga (Carling Cup) al Birmingham. Desde entonces, el enfrentamiento ha consolidado la posición de Mancini en la misma medida que ha debilitado la suya tras llegar en 2009 con honores de estrella.
Mientras Tévez se entrenaba en solitario, apartado de sus compañeros por su supuesta indisciplina, el City se encaramaba al liderato de la Liga inglesa y propinaba un histórico 1-6 al Manchester United. En lo que va de curso, el argentino tan solo ha jugado cinco encuentros, dos de ellos como titular, y no ha marcado gol alguno. Su equipo no le echa de menos. Él está deseando marcharse. "¿Cómo es Manchester?", le preguntaron una vez, cuando ya intentaba orquestar su traspaso al Corinthians, brasileño, que llegó a presentar una oferta de unos 40 millones de euros por él. "Pequeña y mojada", lamentó.
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