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El fin de la violencia etarra

Rubalcaba avisa de que no aceptará que se acerquen presos antes del 20-N

Zapatero garantiza al candidato y a López que no atenderá la petición de Urkullu

Luis R. Aizpeolea

El candidato del PSOE a las elecciones del 20-N y exministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, avisó ayer al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, de su oposición a que se adopten medidas en favor de los presos de ETA antes de la celebración de los comicios, asi como su rechazo a que se derogue la Ley de Partidos. Lo hizo al día siguiente de que Urkullu reclamara ambas medidas al lehendakari, Patxi López, en un encuentro en Ajuria Enea, y un día antes de que se las vuelva a pedir al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que hoy le ha citado en La Moncloa. Urkullu defiende que, una vez que ETA ha anunciado el cese definitivo de la violencia, el Gobierno debe abolir las medidas extraordinarias que se aplican a los presos de la banda por su condición de miembros de una organización terrorista, como el alejamiento de sus lugares de origen o la doctrina Parot. E incluso cree que el Gobierno debe tener algún gesto en esa dirección sin esperar a que se celebren las elecciones.

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Rubalcaba ha insistido, desde que ETA anunció el pasado jueves el cese definitivo de la violencia, en que el final del terrorismo y la hoja de ruta para abordarlo deben quedar fuera de la campaña electoral. Cree que esa es la mejor garantía para salvaguardar la unidad de los partidos democráticos, que considera esencial en la nueva etapa.

También lo señaló Zapatero en La Moncloa el mismo día que ETA anunció su final. Apuntó que debía ser el Gobierno que salga de las urnas el 20-N el que administre ese final, de acuerdo con los partidos democráticos, entre los que el PNV debe jugar un importante papel.

Para dejarlo aún más claro, La Moncloa emitió ayer por la tarde una nota en la que aseguraba que la cita de Zapatero con Urkullu estaba acordada de antemano y que en ella el presidente del Gobierno quería ofrecer al líder del PNV su "reconocimiento" por la "contribución del PNV a la gobernabilidad del país".

Eso no impedirá que Zapatero y Urkullu conversen sobre el nuevo escenario abierto en el País Vasco. El final del terrorismo fue el objetivo principal del mandato de Zapatero, como anunció en su primer debate de investidura como presidente. Y en esta tarea contó desde el primer momento con la colaboración de los líderes del PNV. Primero de Josu Jon Imaz y después, desde 2007, de la de su sucesor, Íñigo Urkullu.

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La presencia de Urkullu en La Moncloa ha sido vista con recelo desde la dirección del PSE, donde opinan que el presidente del PNV necesita protagonismo en esta materia, ya que mantiene una fuerte pugna por defender el liderazgo del nacionalismo en Euskadi frente a la escalada de Amaiur. Los independentistas se quedaron a tan sólo cinco puntos del PNV en las pasadas elecciones municipales.

Rubalcaba con el presidente de los socialdemócratas del Parlamento Europeo, Martin Shulz.
Rubalcaba con el presidente de los socialdemócratas del Parlamento Europeo, Martin Shulz.PATRICK SEEGER (EFE)

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