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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Barry Feinstein, el fotógrafo de las entrañas del cine y del rock

Creó portadas clásicas para Bob Dylan, Janis Joplin o George Harrison

Diego A. Manrique

Eran otros tiempos. Las estrellas abrían sus puertas a fotógrafos con los que simpatizaban. Se iban juntos de gira, a los rodajes; buscaban aventuras. No se trataba de generar libros o merchandising: sencillamente, parecía que convenía documentarlo. Hoy se discutiría exhaustivamente el grado de acceso concedido; todo un tribunal determinaría las fotos que se pueden difundir. El nombre del juego es "control."

Barry Feinstein, que falleció el jueves a los 80 años en un hospital de Woodstock (Nueva York), pertenecía a épocas más bohemias. Había conocido el Hollywood rebelde y la década en que la música pop se convirtió en bandera generacional. Procedente de Filadelfia, ejerció de fotógrafo del hipódromo de Atlantic City (New Jersey) y demostró que tenía talento para el trabajo rápido: sabía encuadrar, disparaba con luz natural y sacaba algo del alma de los personajes.

A finales de los cincuenta aterrizó en California: le buscaron un puesto nebuloso en Columbia Pictures, que le permitió moverse entre platós y camerinos, ganándose la confianza de las figuras: "era más interesante atraparles lejos de los focos, cuando Steve McQueen iba a un circuito de carreras o Marlon Brando se manifestaba por los derechos civiles de los negros"

En Los Ángeles, Feinstein conoció a un ambicioso manager, Albert Grossman, que intuía que el folk podía convertirse en música de masas. Grossman vio retratos de Feinstein en Life y Look: le ofreció fotografiar al trío Peter, Paul & Mary. El encargo cambió su trayectoria: se casaría con Mary Travers y se convertiría en integrante del equipo de Grossman.

El siguiente gran fichaje de Grossman fue Bob Dylan, que simpatizó con el hombre de la Nikon. Feinstein solo necesitó unos minutos para conseguir la portada de The times they are-a changin' (1964), una maravillosa suplantación: Dylan parecía un aparcero de Misisipi. Bob y Barry intimaron aún más al viajar desde Denver a Nueva York. Como On the road, pero con un Rolls-Royce que Grossman había comprado.

Feinstein fue fotógrafo oficial de la tumultuosa gira de 1966, cuando Dylan era tratado más como un profeta que como simple cantante. Volverían a salir juntos a la carretera pero antes, en casa de Feinstein, realizaron un insólito proyecto, del que nadie supo nada hasta que vio la luz en 2008: Hollywood foto-rethoric: the lost manuscript. Inspirado por sus fotos crepusculares de las entrañas de la industria del cine, Dylan escribió unos textos poéticos que el prologuista, Luc Santé, supo encajar.

Grossman adquiriría una pésima reputación en el negocio musical pero fue una bendición para Feinstein. Le descubriría los encantos rurales de Woodstock, en las montañas de Nueva York. Y le permitiría introducirse en la emergente contracultura, donde rodaría un curioso documental, You are what you eat (1968), rebosante de artistas de Grossman. En esa oficina también estaba Janis Joplin, a la que Feinstein retrató en toda su gloria hippy, justo el día antes de su muerte. Sería la portada de su lanzamiento póstumo, Pearl (1971).

La conexión dylaniana le facilitó colaborar con George Harrison en All things must pass (1970) y Concert for Bangladesh (1971). Con Tom Wilkes, Feinstein formó Camouflage, una compañía de diseño gráfico que realizó abundantes portadas. Sin embargo, Barrry se fue distanciando del rock: "¿qué haces después de haber acompañado a Dylan durante aquellos años?". Investigó la subcultura californiana de los artistas que decoraban vehículos de motor y la vida en la isla de Mustique.

Un brutal accidente de circulación -fue embestido por un conductor borracho- le retiró en 1993. Aprovechó entonces para ordenar su archivo, del que salieron espléndidas exposiciones y libros como Hollywood foto-rethoric o Real moments: Bob Dylan 1966-1974.

El fotógrafo Barry Feinstein.
El fotógrafo Barry Feinstein.

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