Comer en la vieja imprenta

En la librería Ler Devagar (Leer Despacio) suena la voz de Billie Holiday. Son las seis de la tarde. Los clientes se reparten entre los que están sentados en las mesas de la cafetería ?leen y/o toman café? y los que recorren los estantes de un espacio inmenso que albergó en un pasado no lejano una imprenta de la que se conserva la rotativa. Hoy recopila 70.000 títulos. Otra particularidad: ninguno de los accionistas vive de la librería. "Solo aspiramos a cubrir gastos. Si tenemos beneficios, compramos más libros", explica José Pinho, fundador y alma de la librería. Sus 600 metros cuadrados albergan además dos salas que se alquilan para conciertos y conferencias, y el restaurante Malaca, con las mesas literalmente debajo de la rotativa.

Ler Devagar es uno de los negocios del espacio LX Factory, en el barrio de Alcántara, debajo del puente Veinticinco de Abril. Lo que eran las instalaciones de la Gráfica Mirandela, donde se imprimía Público y otros diarios, se ha convertido en uno de los espacios más interesantes de Lisboa. La librería, varios restaurantes y cafés, una escuela de danza, una productora de cine, una agencia de modelos, un supermercado biológico y empresas de comunicación son sus inquilinos. Frente a la librería, el chef Nuno Barros ha abierto su nuevo restaurante, Taberna 1300. "Queríamos dar el salto desde Oeiras [en la periferia de la capital] a Lisboa. LX Factory tiene algo moderno en un espacio industrial. Y el público, abierto a nuevas propuestas", dice Nuno Barros.

Siguiendo el río desde el barrio de Alcántara hacia el Cais do Sodré, en un barrio con gran potencial turístico, encontramos una antigua tienda de artículos de pesca que estuvo cerrada 20 años y que ha sido reconvertida como bar de conservas de productos del mar. En Sol é Pesca (Rua Nova de Carvalho, 44), el mobiliario es el original, así como algunos de los utensilios que ocupan su lugar de toda la vida.

Lisboa ocupa un lugar puntero en el ranking de hostales con estilo. Año tras año, los establecimientos lisboetas se llevan premios, gracias a la favorable opinión de los clientes. Es el caso del Living Lounge Hostel (Rua do Crucifixo, 16), en la Baixa. Los precios oscilan entre 20 euros por cama en una habitación compartida y 35 euros la habitación individual, con desayuno e Internet.

Como ciudad de contrastes, Lisboa tiene también tiendas aparentemente inaccesibles. Solo aparentemente. Fashion Clinic, un refinado concept-store en plena avenida Liberdade (en el 192), vende ropa de hombre y complementos exclusivos. La propietaria es Paula Amorim, hija de uno de los hombres más ricos de Portugal. "Felizmente no conocemos la crisis", dice Erico, el encargado. "Nuestros clientes no tienen problemas económicos". ¿Y quiénes son? "Mayoritariamente angoleños, brasileños y chinos". Y de las compras a la mesa. Los amantes del marisco tienen una excelente opción en la Cervejaria da Esquina (Rua Correia Teles, 56), inaugurada hace seis meses. Los tres socios son un dermatólogo español, Juan Ocaña; la directora económica de la Sociedad de Cardiología, Teresa García, y el afamado cocinero Vítor Sobral. Su local es toda una revelación.