El PSOE trata de retener la FAMP parapetado en las mancomunidades

La pugna por la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) va camino de producir una fractura en el organismo, gobernado siempre hasta ahora por acuerdos institucionales de todos los partidos.

El PSOE no está dispuesto a ceder la presidencia de un organismo que ocupa desde la creación de la FAMP en 1985 y apura todas las posibilidades que le permiten la aritmética y los estatutos para conseguirlo. Y está a punto.

La ejecutiva de la FAMP admitió ayer la adhesión, y el consiguiente derecho a voto, de 40 mancomunidades de municipios, la inmensa mayoría de ellas presididas por el PSOE, lo que permitiría romper la mayoría absoluta de representantes que el PP tiene en la asamblea. Los socialistas han admitido que mantienen conversaciones con IU y PA para cerrar un acuerdo y de hecho ayer hicieron público que Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas, aspira a la relección como presidente de la FAMP.

Los populares irán a los tribunales para impedir la asamblea del 26 de noviembre

Este aluvión de nuevos ingresos ha irritado al PP, que no tiene dudas de que se trata de un intento de "pucherazo". "Utilizan las mancomunidades para desvirtuar la representatividad de los municipios en la FAMP y tergiversar los resultados electorales", denunció ayer la actual vicepresidenta, Ángeles Muñoz.

La alcaldesa de Marbella ilustró su queja sobre lo que considera una "indecencia para mantener las cuotas de poder" con el ejemplo de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de las Nieves, a la que se ha admitido con un acta de la secretaria de un acuerdo adoptado por el pleno en 1996 para solicitar su adhesión a la FAMP que hasta ahora no fue tramitada. "Y más casos así", advirtió.

La adhesión de estas 40 agrupaciones de una tacada resulta cuanto menos llamativa, pues hasta ahora a la FAMP sólo estaban adheridas 12 de las 89 mancomunidades de municipios constituidas en Andalucía.

Tras los comicios del 22-M, el PP pensó que tendría mayoría "absolutísima" en la FAMP al conseguir las alcaldías de la inmensa mayoría de las grandes y medias ciudades y la presidencia de cinco diputaciones.

Pero no contó con las mancomunidades, entes habitualmente formados por municipios pequeños del interior, en los que el PSOE conserva sus cuotas de poder. La representatividad de las mancomunidades en la FAMP es igual a la de cualquier municipio, esto es, le corresponde un número de votos en función del número de habitantes. (La escala va desde dos votos para los pueblos de menos de 2.500 habitantes hasta 100 para los que superan el millón). Con las mancomunidades admitidas, PP y PSOE estarían en torno a 2.900 votos cada uno, IU tendría 300 y el PA 150, mientras que otros partidos se repartirían un centenar. El PP se queja de que hay un doble y a veces hasta un triple derecho a voto (hay municipios que pertenecen a más de una mancomunidad).

El PP ha pedido a la presidencia de la FAMP que suspenda la adhesión hasta examinarla con más detalle y que se desconvoque la asamblea del 26 de noviembre, con la advertencia de que si no acudirá a los tribunales.

Los populares acusan al PSOE de haber dilatado la celebración de la asamblea en la que deben renovarse los órganos para esperar a que las mancomunidades que controla tuvieran derecho a voto, cuando aducen que según los estatutos debía haberse celebrado antes de la renovación de la FEMP, la federación española. "El PSOE se resiste a perder sus cuotas de poder, y debía haber sido como en la FEMP, aceptar que han perdido las elecciones y que no les corresponde ya presidir la FAMP y haber hecho como siempre un gobierno de todos que realmente represente la voz de los ayuntamientos", dijo Muñoz.

Para Toscano, la reacción del PP no es sino "una pataleta tras comprobar que no tienen mayoría absoluta".